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Unasur ha generado grandes expectativas sobre sus posibilidades. Pero su consolidación demanda grandes esfuerzos y voluntad política de los gobiernos. También hace falta el desarrollo de una cultura de identidad y apoyo en la población y sus instituciones. No solo se integran los Estados, sino las sociedades. Y en ello las universidades pueden cumplir un rol fundamental.
En esta perspectiva, se debe considerar que lo que Unasur pueda hacer para la integración universitaria, no será solamente un aporte a la integración de la educación superior de los países, sino también una contribución a su propio desarrollo. Tiene una responsabilidad en el ámbito universitario, pero al mismo tiempo está claro que le conviene asumirla.
Hay varias tareas para la integración sudamericana en el campo de la educación superior, entre ellas, impulsar la cooperación que ya existe. Pero quizá la más urgente es el establecimiento de un espacio de reconocimiento de estudios, grados y títulos. Se ha avanzado en este aspecto con la relación bilateral de los países, pero han aumentado las dificultades; incluso han surgido nuevas.
Se ampliará la integración sudamericana si los alumnos pueden estudiar en otro país sin obstáculos. Mejor si tienen becas para hacerlo. Para ello, los acuerdos puntuales entre países no son suficientes. Hace falta al menos la concurrencia de tres elementos: Primero, establecimiento de estándares comunes para carreras y programas. Segundo, mecanismos de legalización de estudios y titulaciones, que no solo garanticen su reconocimiento, sino el libre ejercicio profesional, o sea la circulación de trabajadores calificados. Tercero, desarrollo de un sistema de becas y ayudas para estudios, y de un mecanismo de coordinación de los que ya existen.
Pero el reconocimiento de estudios y títulos entre países, en vez de facilitarse, se ha complicado en años recientes. En nuestros países la educación superior pública tiene problemas serios de financiamiento, que en algunos casos ha devenido en su sensible deterioro. Por otra parte, se ha dado una explosión de instituciones privadas que en no pocos casos tienen un nivel muy bajo. Se ha llegado a un punto en que la expedición legal de un título no es ya garantía de calidad. Es por ello necesario que para que los títulos puedan ser reconocidos en el espacio sudamericano de educación superior, deban tener como garantía la evaluación o acreditación.
Unasur tiene el desafío de promover la creación y consolidación de instancias de evaluación y acreditación confiables en todos los países, y la posibilidad de impulsar la institucionalización de las relaciones entre ellas, de modo que existan mecanismos, estándares y procedimientos comunes para que se pueda reconocer los estudios y titulaciones con garantía de su nivel.