Al final de sus días el Libertador Simón Bolívar debió haber pensado que derrotarles a los españoles fue empresa difícil pero posible. Imposible en cambio, en solo una vida, vencer la ignorancia del hombre primitivo y del caudillo bárbaro.
La integración de los países independizados en los campos de batalla, empresa inconcebible en mentes cuyos espacios geográficos en los más no llegaba a superar la comarca. Ni qué decir tiene que el mundo exterior en el que ocurrían prodigios como los resultantes de la revolución industrial era una suerte de entelequia, por serlo inalcanzable para quienes en el mejor de los casos apenas sabían leer, escribir y las cuatro operaciones. Extranjeros en su propia tierra los ilustrados, aquellos a cuyas manos por caminos inciertos habían llegado las enciclopedias.
De ahí el empeño de Simón Bolívar por crear universidades, institutos tecnológicos, escuelas de artes y oficios. La educación una de las obsesiones del Libertador. En sus escritos, en sus disposiciones, en la redacción de los textos constitucionales en los que intervino, no puede estar más claro el mensaje bolivariano: la independencia política era un primer paso; estaban por ser logradas otras independencias si en verdad queríamos ser libres. El único camino: ampliar nuestros horizontes geopolíticos con la integración y así, con la fuerza que se requiere, empeñarnos en dominar las ciencias y las tecnologías, sin las cuales no hay desarrollo posible, en el entendimiento que tan solo los países desarrollados son capaces de autodeterminarse; de llegar a ser, respetables y respetados.
Cuanto antecede me lleva a ponderar la creación de la Universidad Andina Simón Bolívar en 1985 por decisión del Parlamento Andino. Hace veinte años, en 1992, la Sede Ecuador de dicha universidad inicia su vida académica bajo la conducción de Enrique Ayala Mora, un ilustre historiador doctorado en Oxford, uno de los centros universitarios más prestigiosos del mundo. Los estándares que impone Ayala Mora apuntan a la excelencia. En los claustros de la Andina se respira libertad, indispensable en el ejercicio de la docencia universitaria. Los estudios de posgrado, maestrías y doctorados, concitan el interés de centenares de jóvenes provenientes de todos los países bolivarianos. En el empeño se suman catedráticos prestigiosos nacionales y extranjeros. El hilo conductor del pensamiento y saberes que se imparte amplía el horizonte geopolítico de los graduados: el espacio andino, como objeto y sujeto de estudio. No solo descubrirnos sino además llegar al convencimiento que los grandes problemas comunes serán resueltos tan solo cuando nos integremos. La acción animada de tales certezas nos llevará a lograr las libertades que quedaron pendientes: vocación de la Univ. Andina Simón Bolívar.