Una veeduría para el IESS

El IESS se ha manejado en los últimos años como la economía: mucho gasto y alto déficit. En ambos casos es insostenible, a menos que se tomen medidas de fondo.

Y no hay que empezar a buscar soluciones para sanear las cuentas del Seguro Social porque ya han sido planteadas años atrás. Hay al menos cuatro medidas en carpeta: aumentar los aportes de los afiliados (personal y/o patronal), subir la edad de jubilación, bajar el monto para el pago de pensiones o una combinación de todas las anteriores. En cualquier caso, requieren un blindaje social, producto de acuerdos entre empresarios, afiliados y Gobierno.

El actual Régimen perdió la oportunidad de abordar este tema durante los 120 días que duró el diálogo público-privado, que culminó a finales de octubre pasado y que abordó temas de interés para el sector productivo. Tampoco aprovechó el otro diálogo sobre temas sociales.

La veeduría que se acaba de conformar para transparentar el manejo de la deuda pública bien pudiera ser replicada para el Seguro Social, donde las autoridades tomaron medidas antitécnicas que afectan el futuro de los afiliados. Por ejemplo, subir las pensiones sin estudios, incorporar a más afiliados que no aportan, suprimir el aporte estatal del 40% para el pago de pensiones, no cobrar la deuda al Estado por atenciones médicas y otras. La falta de transparencia en las cifras, al igual que lo ocurrido con el manejo de la deuda pública, es otro tema por resolver en el IESS. No hay estudios actuariales actualizados, los estados financieros no están auditados y la designación de autoridades responde a intereses del Ejecutivo.

El mayor interesado en mejorar y transparentar la gestión del IESS debiera ser el propio Gobierno y los partidos políticos. Los ahorros para pagar pensiones se acabarán en cinco años; al Gobierno le quedan algo más de tres años y cualquier interesado en ganar la próxima presidencia necesita evitarse un problema social de esta magnitud.

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