Una sola España

Esta nueva corriente independentista catalana es el resultado de varios años de adoctrinamiento y tergiversación de la historia, a través de un sistema educativo que cuenta verdades a medias y que repite falsedades insostenibles como aquella de una Cataluña que fue libre y soberana, separada desde siempre del Reino de España.

Como resultado de esta fragilidad fáctica, los alquimistas de la historia suelen mezclar los temas, los hechos y las épocas para intentar mantener viva una “verdad” parida a fuerza de muchas mentiras.

La realidad es que Cataluña formó parte de la Hispania romana, de la visigoda y más tarde del Reino de Aragón, conformado hasta el año 1137, entre otros, por el condado de Barcelona tras el pacto matrimonial de Petronila de Aragón con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona.

A inicios del siglo XVIII se produjo la guerra de sucesión tras la muerte de Carlos II de España, que no dejó herederos directos a la corona. Se disputaron el reino, por derecho de sangre, el Archiduque Carlos de Austria y el que sería el primer rey de la casa Borbón de España, Felipe V, nacido en Versalles. En esta disputa de ribetes familiares, una mayoría de los habitantes de Cataluña y de otras zonas prefirió al bando de los Austrias que al del Borbón francés. Al parecer las condiciones económicas propuestas por uno y otro a las distintas regiones inclinaron la balanza hacia el rey germánico o hacia el galo. Esta larga batalla entre los dos monarcas que ocuparon diversos frentes del reino, Felipe V principalmente en Madrid y Carlos III en Barcelona (aunque estas ciudades pasaron de una mano a otra en distintos momentos de la guerra), se dirimió en el Sitio de Barcelona, en septiembre de 1714, cuando los austracistas se rindieron y Felipe V consagró su reinado en todo el territorio español. El final del conflicto dio al traste con los fueros catalanes, es decir, con los privilegios que tenía aquella región sobre otras de España. Esto ha dado lugar en la actualidad a que los nacionalistas reivindiquen de forma falsa aquel episodio como una invasión y despojo español de su libertad e independencia.

Un siglo después, todos los españoles, incluida Cataluña, se unieron en la guerra de independencia contra la Francia Napoleónica que terminaría derrotada en 1814.

Pero, obviamente, detrás del independentismo hay otras razones más escabrosas incluso que la adulteración histórica, como el nacionalismo supremacista que desprecia cierto origen semita de los castellanos y presume de sus antepasados arios; o aquellos que hacia finales del siglo XIX, ante la pérdida de todas las colonias americanas y del negocio redondo que hacían de ellas, le negaron el saludo a España; o, quizás el encubrimiento y entierro definitivo de los chanchullos más sonados de sus autoridades…

Hay una sola España, la que incluye Cataluña y las demás comunidades como parte de su origen y su esencia, y, al mismo tiempo, de su diversidad.

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