Reinaldo Páez Z.
Columnista invitado
Alemania Campeón Mundial de fútbol 2014. Los seleccionados yerguen victoriosos el arduamente disputado trofeo de oro, sus paisanos, optimistas compañeros del largo viaje, y todo el pueblo teutón de Europa y del planeta, componen la sinfonía de júbilo estructurada por la culminación perfecta de un nutrido cúmulo de programas, planes, estudios, disciplina, estrategias y entrega total a la concreción del proyecto anhelado.
Se escogieron, en los últimos años, los futbolistas alemanes más destacados de las ligas alemana y europeas y se los adiestró física, mental, táctica y deportivamente.
Las redes sociales han informado profusamente de la preparación con apoyo informático y destacan “El sistema, que combina el uso de varias cámaras aparte de la realización televisiva de los amistosos para tener una visión más amplia del juego con unos sensores que llevan cada uno de los futbolistas y el balón, permite obtener instantáneamente datos de velocidad, distancia recorrida o zonas del campo cubiertas”.
Junto a las estadísticas de disparos y pases, acertados y fallados, este sistema permite tener todos estos datos directamente a través de dispositivos electrónicos como unas ‘Google Glass’.
Además, “la Federación Alemana de Fútbol, no satisfecha al 100% con ningún complejo que vio en Brasil, construyó un hotel, un centro de salud, un campo de fútbol, una carretera, un centro de prensa y no llevó empleados alemanes, contrató a gente de la zona; donó € 10 000 para adquirir una ambulancia y cuando regresaron a su país obsequiaron todas las instalaciones a la gente local, para que se transformen en una escuela para niños pobres”.
Gestión extraordinariamente práctica con utilización ejemplar de los recursos, a diferencia de nuestra nutrida delegación repleta de invitados por una Federación rica y poderosa cuyos clubes asociados padecen tal desfinanciamiento que no pueden cubrir los sueldos de sus integrantes.
¿Han primado intereses personales o familiares, sobre los afanes colectivos nacionales? ¿ Pueden existir actitudes planificadas a larga data en nuestro país?
El Ecuador contempló gratamente sorprendido como una generación de militares patriotas preparó, en muchos años, la victoriosa gesta bélica del Cenepa con patriotismo y generosa entrega, con el pensamiento único, desinteresado y transparente, de defender con honor, valor y sangre la soberanía nacional.
Aspiramos que estos ejemplos conciencien a las autoridades federativas, para que respondan con sensibilidad al pedido de cambio de una opinión pública mayoritaria.
No se debe mantener la fallida organización con fundamento electorero como estructura institucional, urge una Federación Ecuatoriana de Fútbol moderna, funcional con una administración límpida y correcta que se empeñe en elaborar los proyectos, planes y estrategias que garanticen un futuro promisorio.