Trata de mujeres en Brasil

La historia suele comenzar en el interior de Brasil, con una mujer joven, bonita, pobre y de baja escolaridad, seducida por falsas promesas, y termina en una red de trata sexual con ramificaciones internacionales, una preocupante trama que el Gobierno, la justicia, el Parlamento y hasta una telenovela han comenzado a desbaratar con resultados alentadores.

El delito es tan complejo que existen pocos datos sistematizados. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd), estima que en el mundo al menos 2,5 millones de personas son víctimas de lo que el foro mundial define como la esclavitud de los tiempos modernos.

En Brasil, según datos de la Secretaría de Políticas para las Mujeres (SPM) de la Presidencia, se registraron al menos 475 víctimas de trata entre 2005 y 2011. De ese total, 337 sufrieron explotación sexual y las demás fueron sometidas a trabajo esclavo.

"La mayoría de las mujeres son jóvenes, tienen entre 18 y 30 años, y están en una situación de vulnerabilidad: son de baja renta, no tuvieron acceso a la educación y tienen dificultades para encontrar empleo", dijo la ministra Eleonora Menicucci.

"Por eso aceptan lo que, a primera vista, son excelentes oportunidades de trabajo en el exterior o en otra parte de Brasil, creyendo que así mejorarán sus vidas y la de sus familias", continuó sobre una de las formas de violencia de género, cuando este viernes 8 se celebró el Día Internacional de la Mujer.

La conmemoración de este año tuvo como consigna "Una promesa es una promesa: acabemos con la violencia contra la mujer".

La captación de víctimas tiene lugar en todo Brasil, pero un diagnóstico preliminar de la SPM y la Onudd señala que es más frecuente en los estados de Pernambuco, Bahia y Mato Grosso. São Paulo, cuya capital es la gran metrópoli de Brasil, se ha convertido en el estado donde confluyen más víctimas de otros estados y en el punto de partida del tráfico hacia el exterior.

Esas jóvenes "son usadas en prostitución y de aquí son enviadas a otros países como España, Italia y Portugal", explicó a IPS la procuradora de Justicia y Defensa de Ciudadanía del Estado de São Paulo, Eloisa de Sousa Arruda. Arruda cree que el tráfico desd e Brasil se origina en que "existe un fetiche en torno a la mujer brasileña. Su imagen como mujer sensual se vende en el extranjero" .

Los captadores están hasta en pequeños pueblos del interior. La ruta acaba generalmente en casas de prostitución en el exterior. Las mafias incluyen brasileños y extranjeros. Ellos perciben la vulnerabilidad de la víctima y se aproximan "con propuestas de trabajo mucho mejores que las del pueblo, barrio o ciudad donde viven". "Les ofrecen puestos como camareras o en clubes. Les dicen que les pagarán el pasaje y que los primeros salarios serán para cancelar su deuda y que después percibirán la totalidad de su remuneración".

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