En torno al desarme

El tema relativo al desarme general y completo bajo un control internacional eficaz ha sido motivo de atención tanto en la Sociedad de Naciones (1919) como en la Organización de las Naciones Unidas (1945). Sin embargo, por la naturaleza del asunto, éste ha permanecido en el campo de la utopía y de las buenas intenciones, ya que la sociedad internacional sigue siendo una estructura de poder, en la cual gravitan factores geopolíticos e intereses de diversa índole, que privilegian los aspectos inherentes a la seguridad nacional y colectiva. En efecto, la propia Carta de la Organización de las Naciones Unidas no contempla el desarme en su preámbulo ni en sus propósitos y principios. Se limita a expresar, en su art. 11, que "La Asamblea General podrá considerar los principios generales de la cooperación en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, incluso los principios que rigen el desarme y la regulación de los armamentos….". Y en el art. 26, concerniente al Consejo de Seguridad, dice: "A fin de promover el establecimiento y mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales con la menor desviación posible de los recursos humanos y económicos del mundo hacia los armamentos, el Consejo de Seguridad tendrá a su cargo, con la ayuda del Comité de Estado Mayor, la elaboración de planes que se someterán a los Miembros de las Naciones Unidas para el establecimiento de un sistema de regulación de los armamentos".

Conviene advertir que la carrera armamentista, a la luz del criterio de la Organización de las Naciones Unidas, constituye una amenaza para la paz y la seguridad internacionales.

Para el tratamiento del tema del desarme en el marco de la Organización de las Naciones Unidas se ha hecho una distinción entre órganos deliberantes y de negociación. Han actuado como órganos deliberantes la Asamblea General y la Comisión de Desarme. El Comité de Desarme, denominado desde 1982 Conferencia de Desarme, es el único organismo de negociación multilateral. La Conferencia de Desarme ha coexistido con otros entes y ámbitos de negociación, de nivel regional, vinculados especialmente con el desarme nuclear.

S i bien resulta inviable el desarme global, es factible en asuntos específicos. Es lo que acaba de ocurrir con la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2013. Ha laborado, a partir de 1997, silenciosa y eficazmente desde su sede en La Haya, en aplicación de la Convención contra las Armas Químicas. Este momento juega un rol protagónico en Siria, desmontando arsenales químicos que contribuyeron a crear en ese país una atmósfera sangrienta de verdadera apología de la barbarie.

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