Este es uno de los temas que preocupan a la opinión pública internacional contemporánea por la incidencia que ha tenido en ese ámbito la crisis económica y financiera de los últimos años, afectando a millones de personas en diversas latitudes del planeta, sobre todo a las residentes en países desarrollados.
La migración, como se sabe, es un fenómeno que proviene de épocas remotas, pero que cobró un dinamismo histórico sin paralelo a raíz del arribo de migrantes europeos a territorios del Nuevo Mundo. Con el decurso del tiempo se fueron caracterizando las migraciones a tono con las diversas modalidades de su ejercicio. Se han producido, por ejemplo, migraciones internacionales e internas, intercontinentales e intracontinentales, según los espacios en que se han desarrollado.
El siglo XIX fue sin duda el de mayores migraciones masivas de Europa a América, de personas que emigraron por propia voluntad, motivadas por expectativas de carácter económico y social. Las informaciones referidas a ese período son las que aportan los más amplios datos sobre el desarrollo de las migraciones internacionales. Estudios especializados revelan que entre 1846 y 1932 se desplazaron de Europa con destino al otro lado del Atlántico alrededor de 52 millones de personas, que se distribuyeron en varios países.
Conviene señalar, como anotación marginal, que en términos globales suele definirse la migración como el desplazamiento de personas a una distancia significativa y con carácter relativamente permanente. Este concepto armonizaría con los datos que acabamos de consignar.
En el siglo XX, si bien descendió cuantitativamente la movilidad internacional voluntaria, el horizonte planetario se vio dominado por la presencia de un número asombroso de refugiados, por efecto de la segunda guerra mundial. Se calcula que no menos de 45 millones de “emigrantes políticos” se movilizaron en la década siguiente a 1945, año en que concluyó el conflicto universal. El fenómeno comenzó con la división de la India en dos Estados, Pakistán incluido, y afectó a poblaciones de Europa, Asia y Oriente Medio.
La situación de los migrantes en los momentos actuales confronta una serie de problemas derivados de la crisis económica y financiera internacional, que se expresan en actitudes de xenofobia, deportaciones, desempleo, etc. Entre los numerosos comentarios sobre el tema, un reciente editorial del diario “El País” de Madrid, titulado “Inmigrantes y repliegue europeo”, da una voz de alarma y afirma que “La renacionalización de la política migratoria dentro de la UE entraña peligros y restricciones….”, a la par que señala casos específicos.
Por otra parte, el caso de Estados Unidos tampoco abre espacio al optimismo, a pesar de las ofertas del presidente Obama sobre todo a la comunidad hispanoamericana.