Sí, hay terror a que se desdolarice la economía ecuatoriana, por más que el gobernante repita que no se lo hará. Su insistencia de que se le complica gobernar porque en el Ecuador, por tener moneda fuerte, no se le permite la flexibilidad de una política monetaria que le facilite devaluar para hacer competitiva las exportaciones, desnuda el riesgo.
Y este se percibe mayor cuando por una ley urgente se estaría impulsando una moneda virtual, voluntaria para los sectores privados, pero estimulada por mejor tratamiento tributario a las transacciones por vía virtual. Y que puede ser utilizable por el sector público para acreditación de los pagos que deba hacer y para cargos a efectuar, por vía electrónica.
En teoría habría respaldo real en dólares –un dólar virtual igual a un dólar especie monetaria- pero habrá críticos que acusarán que podría darse una emisión inorgánica – esto es, sin respaldo real en dólares- de dinero electrónico, sino de otros activos no líquidos del Banco Central.
Conspiran contra el Gobierno algunas prácticas censurables, como la supuesta venta de petróleo para entrega a futuro, pero con intereses, lo cual constituye un préstamo de facilidad petrolera, que debe ser registrado como tal, y no como ingreso corriente producto de la venta del hidrocarburo.
Hay más. El Gobierno explica que debe traer con costo los billetes dólares desde elexterior, lo cual se disminuiría si las transacciones fueran electrónicas.
Al respecto, el Banco Central del Ecuador ha encarecido severamente el retiro del dinero. Hasta el inicio de marzo del 2016, mil billetes de cualquier denominación costaba retirarlos del Banco Central USD 3,50. Se elevó el costo a USD 19,50 (más de cinco veces, 557% del costo anterior).
De ser el retiro de 1 000 billetes de USD 20, los más demandados, el costo sería un poco menos del uno por mil, pero por todos los días en que se retire dinero, si el retiro es de 1 000 billetes de USD 10, los USD 19,50 significarían casi dos por mil; y si fuesen 1000 billetes de USD 5, el costo sería cercano al cuatro por mil.
Son miles de fajos de billetes todos los días. El incremento de costo va a llevar a conservar mucha liquidez –como que fuera un tesoro- fuera del Banco Central.
La moneda electrónica solo sería de circulación en el Ecuador.
¿En qué condiciones, el Banco Central del Ecuador –que tendría el monopolio de su emisión y transaccionalidad- la liquidaría y serviría en dólares de libre circulación para pagos dentro y fuera del Ecuador?
Un tema de esta magnitud, más grave que cualquier tributo, vinculado con que siga existiendo la dolarización, no debería decidirse sin un profundo debate, sopesando beneficios –algunos hay- y riesgos, que es imposible en el trámite de una ley urgente.
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