Un político serio al pronunciar un discurso recuerda y cita hechos importantes de la historia y a personajes que han sobresalido en una nación. Para ello trae a la memoria pasajes y frases inteligentes, de contenido. Tabaré Vázquez, recientemente posesionado como presidente de Uruguay, hizo mención a una máxima de uno de los héroes nacionales de ese país, José Gervasio Artigas, quien dijo, hace más de 200 años, que “los más infelices sean los más privilegiados”. El doctor Vázquez al recordar este pensamiento destacó la importancia que su administración dará a la gente de menos ingresos. A aquellos que no necesitan limosnas sino plazas de trabajo. No me imagino a un oncólogo de sobriedad y seriedad en su actuar, decir en un discurso que en su gobierno “los pobres coman pan, y los ricos mierda, mierda”. Eso no puede pasar de un estribillo de una canción, para entonarla en una noche de bohemia. La señora ecuatoriana que recibió la presidencia de una de las funciones del Estado, todavía debe estar lamentando su error al repetir la frasecita del pan y los pobres, evocación que supongo es consecuencia de su preparación académica. Esto demuestra la diferencia abismal entre dos personajes públicos.
El presidente Vázquez también se refirió en el discurso de posesión, a la violencia, “el miedo, el terror, la intolerancia (que) campean en distintas regiones del planeta…”. Violencia y terror que de una manera desenfrenada e inhumana se vive en muchos países árabes y, especialmente, entre musulmanes.
La intolerancia a la que se refiere Tabaré Vázquez es un golpe con “guante blanco” a regímenes políticos autodenominados democráticos en los que los derechos humanos y libertades se los combate para que el gobernante se convierta en rey.
¡A propósito!, fue Pepe Mujica quien se manifestó en contra de la reelección indefinida porque eso es síntoma de monarquía. ¿Por qué no se aprende de estos referentes a nivel mundial en nuestro Ecuador?
Tanto para Vázquez en su primer mandato, como para Mujica en el que concluyó el domingo pasado, valores como la igualdad, la libertad y la tolerancia han sido observados en sus gobiernos. El presidente Correa fue a Montevideo a los actos de entrega del mando de Mujica y posesión de Tabaré Vázquez, con ambos, en palabras del economista Correa, le une una gran amistad. En este punto traigo a colación el simpático dicho de un comentarista deportivo argentino que cuando un jugador comete un error exclama, “¡para qué te traje!”.
Ojalá que el que sabemos asimile las clases de civismo y democracia dictadas por dos ilustres uruguayos de esta época, para que los ecuatorianos no tengamos que decir, parafraseando al periodista argentino mencionado, “¡para qué te fuiste!”.
portiz@elcomercio.org