Sustitución de importaciones

El déficit en la balanza comercial, el cual alcanzó a fines del 2013 un saldo negativo de USD 1 085 millones de dólares, ha puesto a correr a las autoridades del Gobierno.

Si bien las cifras que ha mantenido el Ecuador en los últimos años han sido negativas, la preocupación radica en la magnitud de esa brecha. Dejando de lado al petróleo, el déficit sobrepasa los USD 7 800 millones de dólares.

Una de las alternativas que han encontrado las autoridades para revertir esta situación ha sido la aplicación de una política que no es nueva: la sustitución de las importaciones.

La meta del Gobierno es reducir USD 800 millones de importaciones en el 2014 y cerca de USD 6 000 millones hasta el 2017.

En lugar de hacerlo de manera paulatina y consensuada con los sectores productivos, se ha adoptado desde finales del 2013 una serie de medidas, prácticamente impuestas, tendientes a reducir de manera drástica las compras al exterior. Me refiero principalmente a la resolución nro. 116, promulgada por el Comité de Comercio Exterior (Comex), la cual exige que cerca de 308 productos tengan un "certificado de reconocimiento" y cumplan con una serie de reglamentos y normas técnicas emitidas por el Instituto Ecuatoriano de Normalización (Inen). Esta disposición afecta a alimentos, partes automotrices, cosméticos, juguetes, textiles, entre otros.

Del lado del Gobierno, esta resolución no es vista como una restricción sino como una medida para que los productos que ingresan al Ecuador cumplan con estándares internacionales de calidad.

La aplicación de estas medidas que, en efecto son restrictivas a la libre importación de productos, ha provocado desabastecimiento de productos y materias primas. En las perchas de los supermercados la variedad de productos ha disminuido. Incluso productos nacionales, como jabones de tocador, son escasos. Datos del Banco Central confirman una reducción del ingreso de materias primas de 744 a 583 toneladas entre enero del 2013 y 2014.

Esta medida no es la solución. Si se trata de reducir el déficit en la balanza comercial, se debería atacar a una de las principales causas: la importación y el subsidio de combustibles. Estamos hablando de USD 6 213 millones de dólares. Esto se agudizará con el cierre temporal de la refinería de Esmeraldas.

La solución, en oposición a lo que piensa el Gobierno, está en aumentar nuestras exportaciones. Esto no se logra haciendo que las industrias que están dedicadas al mercado local reemplacen los productos importados por los de fabricación nacional. El tema está en desarrollar un sector industrial y de servicios potente, enfocado en los mercados externos. No obstante, esto choca con la visión ideológica y poco pragmática que tiene el Gobierno, ya que para ello se requiere de tratados de comercio, seguridad jurídica y políticas que incentiven la innovación y competitividad.

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