Cuando parecía decaer la atención mundial hacia el grupo Brics, sus máximos líderes echaron a andar un sistema financiero alternativo al de Bretton Woods y celebraron una reunión sin precedentes con todos los gobernantes de América del Sur.
Aunque modestos, el Nuevo Banco de Desarrollo y el Acuerdo de Reservas de Contingencia materializan la voluntad de los paísesBrics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) de sincerar los instrumentos internacionales de gobernanza con una realidad en la que Estados Unidos ya no es el poder hegemónico. Quizás lo más notable para Washington de la Sexta Cumbre de los Brics, celebrada en la nororiental ciudad brasileña de Fortaleza y en Brasilia, sea la manifestación de lo que viene ocurriendo en su otrora patio trasero.Los presidentes de los países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) accedieron gustosos a la invitación para reunirse con sus contrapartes delBrics: Dilma Rousseff (Brasil), Vladimir Putin (Rusia), Narendra Modi (India), Xi Jinping (China) y Jacob Zuma (Sudáfrica).
Al día siguiente Xi y Rousseff sostuvieron un encuentro con mandatarios de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), entre ellos el cubano Raúl Castro. El único actor regional ausente en Brasilia fue el Presidente mexicano.
Putin, enemistado con Washington y recién expulsado del Grupo de los Ocho (G-8) por su intervención en Ucrania, fue cálidamente recibido en la región y aprovechó su viaje para visitar Cuba y Argentina, país con el que firmó varios acuerdos, entre ellos uno sobre cooperación nuclear.
Argentina, que enfrenta dificultades para atraer capitales internacionales, busca que la gigante gasífera rusa Gazprom amplíe su participación en el austral yacimiento de Vaca Muerta, una de las mayores reservas de gas y petróleo de esquisto del mundo.
El Mandatario ruso dijo que Argentina es “nuestro principal socio estratégico en América Latina”. En materia económica, este país sudamericano es apenas el cuarto socio comercial ruso en la región. Su intercambio solo sumó USD 2 627 millones en 2013, pero representó un crecimiento interanual de 30%. Las ventas argentinas a Rusia fueron alimentos y bebidas, y las compras se concentraron en reactores nucleares, vehículos y farmacéuticos.
Mientras tanto, las relaciones de Washington con Buenos Aires son frías y tampoco son buenas con Brasilia desde que estalló el escándalo del espionaje de la estadounidense Agencia Nacional de Seguridad a Brasil.
Las expresiones contra el “imperialismo” estadounidense son habituales desde algunos gobiernos de la región, como Venezuela, Bolivia o Ecuador.
Pero fue el presidente de Uruguay, José Mujica –cuyo Gobierno sostiene una cordial y estrecha relación con Barack Obama— quien mejor expresó el cambio que está experimentando América Latina en sus relaciones con el mundo.
IPS