Como sucede con todo comienzo de año, el arranque del 2018 es una excusa para realizar todo tipo de balances, proyecciones y, por qué no, hasta aventurar resultados, tanto en el plano personal como colectivo.
En lo que respecta a lo institucional el año comienza casi sin tiempo para estos tradicionales balances.
El próximo 4 de febrero, Ecuador se enfrenta nuevamente al desafío de acudir a las urnas para votar; esta vez en el referéndum y consulta popular que constará de 7 preguntas sobre trascendentes reformas constitucionales y jurídicas propuestas por el Presidente de la República.
Para Lenín Moreno, transcurrido poco menos de un año de mandato presidencial, la consulta popular es una oportunidad no sólo para plebiscitar su gestión y la propia impronta que a ella le imprimió, sino para darle la estocada final al correísmo, que se encargó de fustigar y teñir de desleal al actual residente de Carondelet.
Con la consulta, para la que están habilitados para acudir a las urnas más de 13 millones de ecuatorianos, Lenín Moreno encontró así una ventana de oportunidad para relanzar su imagen y posicionarse ya definitivamente como representante del cambio frente a los diez años de gobierno de su antecesor.
Mediante un relato comunicacional construido en torno a los valores del diálogo, la transparencia y la paz, Lenín Moreno logró hasta ahora un mayoritario consenso político, agrupando en torno a la campaña por el Sí a organizaciones políticas tan disímiles como CREO, Unidad Popular, SUMA, Izquierda Democrática, Partido Social Cristiano y Pachakutik, por citar algunas de las organizaciones inscriptas en el Consejo Nacional Electoral para esta justa.
El año 2018 se inicia con animados debates y una nueva campaña.
Pero lo importante es que en poco menos de un mes, el pueblo ecuatoriano dará nuevamente muestras de su tradicional civismo ejerciendo su soberanía en las urnas.
En esa ocasión se pronunciará tomando la decisión respecto a temas que sin dudas tendrán una influencia trascendente en el futuro del país.
En este marco, el gobierno buscará una victoria que le otorgue un espaldarazo para continuar con las reformas que lo alejen definitivamente de la herencia de la “revolución ciudadana”.
El espacio liderado por el ex presidente Correa apostará a mantener vivo el “legado” y la posibilidad latente de un retorno futuro de su líder.
Cada cual esgrime por estos días sus argumentos, diatribas y acusaciones mediante.
Afortunadamente, será el pueblo, una vez más, quien a través del sufragio libre determinará el resultado.