El Presidente Correa – y los de su entorno- no deben olvidar el refrán español “quien siembra vientos, cosecha tempestades”. Deben recordarlo todas las personas, lo que incluye a contradictores del Gobierno.
Y otro refrán debe estar en la mente de todos “no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti”, que podría leerse “no digas de otro lo que no quieres que digan de ti”
Y hay otro de terror “quien a hierro mata a hierro muere”, para nada aplicable a persona alguna en el Ecuador. Las muertes de Mussolini, Gadafi y Anastasio Somoza Debayle, son algunas de más de una decena de tiranos y dictadores que pueden citarse.
Es que en la vida, todo rebota, temprano o más tarde.
Formulo la reflexión por la violencia verbal que se está multiplicando en el Ecuador de la que muchos son actores, pero en el caso de la fraseología que se usa desde el Gobierno se asume la convicción de la impunidad que le permite la concentración del poder. En cambio, frases que el gobernante y los de su entorno sienten que cuestionan su imagen, inmediatamente se criminalizan, obligando a recordar aquello de que ni “aun con el pétalo de una rosa” se los puede tocar.
De la violencia verbal a la física, sólo hay un paso.
La violencia física a veces la practican “meritorios”. Se la vivió así en el Ecuador, el año 2007, cuando partidarios del actual gobernante, que iniciaba su gestión presidencial, desalojaron a quienes estaban en las entidades que el gobierno quería copar. Hoy muchos de los señalados esos días hoy son militantes de la oposición. Viendo las fotos de la época son identificables. El gobierno va a usarlas para tacharlos de “violentistas” y “traidores” y con otros calificativos. En el fondo, siempre fueron usados, como lo son y serán algunos de los actuales del entorno del poder. Que hubo y hay quienes, además, fueron o son actores de la corrupción, puede ser.
En los días recientes ya se percibe la amenaza de una violencia más grave, la entrenada, que es la que aparece en videos recientes, que el gobierno quiere minimizar, hablando de “picnic” y con otras expresiones de burla. En los hechos esa violencia ya se la percibe, hasta ahora con carteles y con insultos. Ha sido evidente en las afueras de las audiencias para que se sancionen a miembros en servicio activo de la fuerza naval, en contramarchas, en cercanía de actos políticos de opositores y aun en la barra de la Asamblea Nacional. De esa agresividad, el que pasen a las manos o a usen instrumentos de agresión, no será nada de extrañar, porque aun los atacados pueden reaccionar físicamente, cayendo en la provocación.
La represión y la violencia son para generar miedo. A veces, el efecto es el contrario, potencia un espíritu y una decisión de rebelión.
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