Costumbre inveterada en nuestro medio ha sido –en la mayoría de las veces con razón- renegar por la ineficiencia de los gobernantes de turno y, en ciertos casos, por su autoritarismo, despilfarro de los fondos públicos, corrupción en sus diversas manifestaciones, etc., y no se toma en cuenta que buena parte de culpa tienen quienes los eligen.
Esta reflexión viene al caso cuando faltan sólo cuatro días para el cierre de la campaña proselitista, que se ha considerado “gris” y se ha caracterizado por el baratillo de ofertas, muchas de ellas demagógicas, utópicas. Y faltan ocho días para la fecha crucial en la que se concurrirá a las urnas para designar a los nuevos mandatarios que tendrán en sus manos el destino del país en los próximos cuatro años, con posibilidad de reelección indefinida, por obra y gracia de la Revolución Ciudadana.
Simultáneamente se elegirá 137 asambleístas y cinco representantes al Parlamento Andino, con sus respectivos suplentes y se cumplirá la consulta popular planteada por el Ejecutivo para que la ciudadanía se pronuncie si está de acuerdo en que, “para desempeñar una dignidad de elección popular o para ser servidor público se establezca como prohibición tener bienes o capital de dólares en paraísos fiscales”, pregunta que ha originado oposición y críticas de sectores que consideran absurdo que se gasten millones de dólares en esta “novelería”, al igual que se hizo con temas insustanciales como las corridas de toros, mientras no se permitió el pronunciamiento popular sobre un asunto trascendental como la reelección inmediata e indefinida.
El miércoles 8 concluyó el período para que las empresas encuestadoras difundan los resultados de sus sondeos y, según los últimos datos que dieron a conocer, todas coincidían en que era bastante alto el número de votantes indecisos, lo cual se considera como expresión de inconformidad o de rechazo al montón de candidatos participantes, incluidos los consabidos “chimbadores”; así mismo coincidían en que el binomio oficialista ocupaba el primer lugar, pero diferían en las posiciones de los demás aspirantes y si se requerirá o no de la segunda vuelta.
Esto pone en evidencia que, como en ocasiones anteriores, más de un sondeo fue manipulado con el propósito de favorecer o, por lo menos, complacer al respectivo cliente.
En este estado de cosas, la semana previa a las comicios del domingo 19, permitirá a los 12´816.698 ciudadanos habilitados para acudir a las urnas, según informe del CNE, que razonen y decidan sus votos por los candidatos de su respectiva jurisdicción que consideren son los que más convienen, por su capacidad, honorabilidad y verdadero patriotismo, para que asuman la enorme responsabilidad de sacar al país de la grave situación moral y económica que heredan y lo encausen por el sendero de unión, respeto, libertad y bienestar de los ecuatorianos.