El daño que el actual canciller, Ricardo Patiño, ha hecho a la diplomacia e imagen del Ecuador a escala internacional es irreparable.
No solo me refiero a los errores cometidos por el Canciller en referencia a la postura del Ecuador en instancias internacionales como las Naciones Unidas o al fiasco ocurrido recientemente en Vietnam (cuando por declaraciones poco acertadas de Patiño no se pudo concretar la apertura de la Embajada del Ecuador en ese país, así como una reunión de vital importancia con el Canciller de Vietnam), sino a la negación de entrada de un grupo de parlamentarios alemanes al Ecuador, y luego a la decisión de terminar de manera unilateral la cooperación con ese país en temas ambientales.
Desconociendo o haciendo caso omiso de los protocolos que existen para el manejo de las relaciones diplomáticas, el canciller Patiño ha reaccionado de manera ofensiva e inapropiada ante la legítima intención que tenía este grupo de parlamentarios alemanes de ver el avance de los proyectos que financia su país en el Yasuní y otras áreas de la Amazonía.
Como se suele decir en términos coloquiales, “la ignorancia es atrevida”. El jefe de la diplomacia ha dicho que en esas condiciones (tener que aceptar “humillantes” supervisiones de los financistas) la cooperación no es bienvenida. A más de terminar de manera unilateral estos proyectos en el área medioambiente, ha añadido que se devolverá el dinero recibido de Alemania (7 millones de euros de los programas Socio Bosque) y que incluso dará a ese país la misma suma para que los parlamentarios tomen un curso de capacitación y “conozcan y se actualicen sobre temas de Derecho Internacional, soberanía y respeto mutuo”. Esto es realmente ofensivo.
Considero que quien debería conocer un poco más de Derecho Internacional y diplomacia es el propio canciller Patiño. Eso posiblemente podría evitar que el Ecuador como tal no cometa tantos errores a escala internacional. Aunque creo que esto va a ser insuficiente.
Cuando se analiza la historia de nuestras relaciones con Alemania se podría mencionar que siempre se manejaron de la manera más amistosa y cordial. En lo que se refiere a la incorporación del Ecuador al Acuerdo de Comercio Multipartes, Alemania cumplió un papel fundamental. Sin su apoyo posiblemente este hecho que beneficia en mucho al Ecuador se hubiera tardado más tiempo.
Además, cuando se analiza en detalle los países que más se han mantenido muy activos en cooperación para el desarrollo ha sido Alemania. Esto no es ahora sino desde aproximadamente 40 años atrás.
El error de Patiño pone en evidencia algo que he venido diciendo desde hace mucho tiempo atrás: el Ecuador no tiene una política exterior. La diplomacia está a la deriva, gestionada de manera calamitosa y poco seria.