Justo cuando la iniciativa gubernamental de reformar la Constitución vía enmienda estaba a punto de fracasar por sí misma, la oposición ha aparecido en el momento menos oportuno para salvar el pellejo del Presidente de la República. Se les ha ocurrido la “genial” idea de hacer una consulta popular.
Ante el rechazo que ha tenido en todo el país la iniciativa de modificar la Constitución para incluir la reelección indefinida, el oficialismo, luego de enviar las propuestas de enmienda a la Corte Constitucional y confirmar a través de las encuestas lo que piensa la gente, se dio cuenta tarde que lo que hizo fue un error. Es decir, solitos se pusieron la soga al cuello, asegurando que, sin hacer mucho la oposición (como hasta ahora ha sido así), la mayor parte de los ecuatorianos sancione en las próximas elecciones presidenciales al propio Rafael Correa o a quien ellos pongan finalmente.
El hecho de plantear una consulta popular no solo que distrae la atención del error político cometido por los estrategas del Gobierno, sino que incluso plantea un escenario ideal para el propio Presidente.
En un espacio de lucha, el presidente Correa podría ganar una batalla que ya está perdida. Así, los argumentos de peso y que preocupan a la mayoría de la población, como es la posibilidad de que en el Ecuador se instaure un régimen despótico y autoritario, podrían diluirse si no se plantean de manera inteligente los escenarios de la confrontación.
Además, nada asegura que toda la oposición unida pueda vencer a Correa en un referéndum. Es cierto que el oficialismo tuvo un duro revés en las elecciones seccionales del 23 de febrero pasado, pero eso tampoco significa que Sociedad Patriótica, SUMA, Creo o el Partido Social Cristiano-Madera de Guerrero puedan capitalizar una amplia mayoría.
Hay que ser claros. El triunfo de la oposición en algunas ciudades principales no se debió a una renovación y cambio sino al nivel de rechazo que existía ante los candidatos que presentó Alianza País en los comicios del 23F. Un ejemplo de ello fue lo pasó en la ciudad de Quito.
Otro elemento que hay que tomar muy en cuenta es que una elección local es diferente de una nacional. El hecho de que Alianza País tuvo un serio revés a nivel local en los comicios del 23F no implica que esos resultados puedan plasmarse de igual modo en votaciones nacionales como es una consulta popular. En este ámbito, Rafael Correa sigue siendo el gran elector.
Sigo convencido de que la oposición todavía no encuentra la brújula.
La idea de promover un referéndum para preguntar a la gente por el tema de la reelección indefinida, así como puede debilitar al presidente Correa, puede también fortalecerlo.
Es decir, deja el camino expedito para un seguro triunfo electoral de Correa o su elegido en las elecciones del 2017.