Salvar a la CCE

Fue penoso y hasta algunos momentos lastimero, el panorama que se expuso durante el diálogo que tuviera la editora cultural de este Diario, Ivonne Guzmán, con el desencantado presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Raúl Pérez Torres.

Considerada como la principal entidad oficial de la materia, la CCE fue originariamente fundada hacia las postrimerías de su mandato, por el presidente Carlos Arroyo del Río y luego fue "refundada" por el doctor Velasco Ibarra y Benjamín Carrión, cuando ya había ocurrido la revolución del 28 de mayo de 1944. Desde entonces la Casa ha registrado múltiples peripecias y de hecho Pérez Torres ya la dirigió hace ocho años. El último proceso electoral fue borrascoso y lleno de incidentes; se tuvo entendido que entre los varios candidatos, justamente Pérez Torres era quien gozaba de las simpatías del régimen de Rafael Correa, pero algunos meses después, la impresión general surgida de la entrevista, es que han aparecido varias hirientes paradojas.

Una es que se han levantado impugnaciones acerca de los requisitos que deben tener quienes desempeñen las tareas de personeros de la Casa. Al respecto el entrevistado ha sido muy franco: "No tengo ningún título académico. Dejé la secundaria sin terminar y salí de viaje; luego quise tramitar un título otorgado por el Ministerio de Educación, pero mientras eso sucedía, me inscribí con matrícula provisional en la Universidad Central; cursé hasta cuarto año la carrera de Periodismo, pero tampoco me gradué, no podía hacerlo ya que me faltaba el requisito del título anterior".

Sin embargo, Pérez Torres ha puntualizado que para la personería de la Casa no se exige como condición, un título académico, sino "ser una persona cuya obra de creación o investigación en los campos de las artes, las ciencias o las letras, haya sido ampliamente difundida nacional o internacionalmente". De este modo el requisito sí se halla satisfecho, pues Pérez ha escrito obras de poesía, novela, teatro y sus realizaciones han sido traducidas al inglés, alemán, griego, francés y polaco; además ha obtenido varios importantes premios. El más reciente libro se titula 'Nosotros los de entonces' y se trata de un bien interesante trabajo crítica en torno de autores como Béjar, Vladimiro Rivas, Egüez, Francisco Proaño y otros.

Pérez Torres revela que envió hace ya unas semanas una carta al Presidente para conversar sobre la cultura y lograr que visite "sin maquillajes" las instalaciones de la CCE, pero que no ha obtenido respuesta oficial, sino solo la recomendación de hablar con la Ministra de Patrimonio.

Esta otra gestión no resultó tampoco efectiva, y entretanto los datos que menciona Pérez Torres dan idea de una verdadera pobreza y aún del peligro que supone la continuada operación de algunas secciones del gran complejo ubicado en la parte norte-centro de Quito junto al parque d El Ejido. Por eso la impresión que resta es que urge una rápida y pronta solución económica.

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