Luego de varios meses de negociaciones, el Gobierno ha conseguido que la petrolera venezonala Pdvsa se retire del campo Sacha, el cual venía operando junto a la estatal Petroamazonas desde hace ocho años.
Con esta acción, el Régimen tiene ahora vía libre para disponer del mayor campo petrolero del país y entregarlo a una empresa extranjera a cambio de recursos frescos, como ya lo hizo a fines del 2015 con Auca. Este campo pasó a manos de la firma Schlumberger, que se comprometió a realizar inversiones por 20 años y entregar al Gobierno un anticipo de USD 1 000 millones.
Desde el lunes pasado, Petroamazonas se convirtió en el nuevo operador de Sacha, luego que las autoridades decidieran liquidar la sociedad que mantenía con Pdvsa, a través de la empresa Río Napo.
El Ministro de los Sectores Estratégicos anticipó a inicios de año que el contrato firmado con Schlumberger se replicaría en otros campos de Petroamazonas como Sacha. Empezó a negociar con varias empresas, entre ellas Halliburton, para conseguir un anticipo de USD 1 500 millones, pero no se llegó a un acuerdo. Se conoce que también hay interés de firmas chinas.
El Gobierno necesita urgentemente conseguir recursos frescos para atender su plan de inversiones, cancelar el servicio de la deuda pública, pagar a proveedores, etc.
Oficialmente, las necesidades de financiamiento ascienden a unos USD 7 700 millones y ha conseguido 6 300 millones hasta el 4 de agosto pasado. Sin embargo, las necesidades fiscales son mayores porque el Gobierno ha subestimado los gastos y sobrestimado los ingresos, entre ellos los tributarios.
La entrega de Sacha a una empresa extranjera será un alivio para el Fisco, que recibirá recursos frescos para atender sus necesidades. Sin embargo, el anticipo que consiga tendrá que pagarlo en los próximos años a través de una mayor tarifa por la explotación del campo, lo cual significará menos ingresos petroleros para los siguientes gobiernos.