La política de comercio exterior del Ecuador apunta hoy a grandes objetivos. Así se puede interpretar a los mensajes dados en días recientes, tanto por el Presidente de la República, como por el Ministro de Comercio Exterior.
Este cambio de política en materia comercial se viene forjando en los últimos doce meses y se acentúa con los anuncios hechos por las dos autoridades el martes. Para darle toda la seriedad y la formalidad al tema el gobierno ecuatoriano escogió un escenario muy particular: un foro empresarial con representantes de empresas de Estados Unidos, América Latina, Europa y Asia.
Allí ante decenas de altos ejecutivos Lenín Moreno fue directo y enfatizó que Ecuador se está abriendo al mundo. “Somos el mejor lugar para invertir” fue una de las frases con las que cerró su intervención.
Para reforzar el mensaje, enseguida intervino Pablo Campana. Él anunció que en julio próximo Ecuador asistirá como invitado a una reunión de la Alianza del Pacífico, ese bloque comercial integrado por México, Colombia, Perú y Chile, al que el propio mandatario hace guiños desde hace meses.
La Alianza del Pacífico representa un mercado enorme: suma algo más de 220 millones de personas, con un PIB per cápita de USD 17 000. Además recibe el 41% del total de la inversión extranjera directa que llega a América Latina. “Vamos hacia la Alianza del Pacífico”, dijo el ministro en el foro.
Para llegar a ese bloque la primera tarea para el país será lograr un acuerdo comercial con México. Es una tarea que tomará su tiempo, según han reconocido las autoridades, pero que vale la pena.
Luego, la siguiente etapa que está en la mente del gobierno es iniciar las negociaciones para un posible acuerdo con el principal socio comercial: EE.UU. Son metas ambiciosas, pero claras.
Parece, entonces, que la línea de comercio exterior del país se pone a tono con el mundo actual en el que las fronteras para los negocios solo se quedan en los mapas.