El nuevo proyecto de reforma tributaria confirma que las autoridades económicas han perdido el rumbo. Solo de esa manera uno puede explicarse que el Gobierno haya decidido plantear un paquete de impuestos que afectará gravemente a quienes supuestamente son la razón de ser de este régimen. Me refiero a las personas con discapacidad y a las centenares de miles de familias que poseen micronegocios cuyos ingresos dependen en altísima proporción de la venta de gaseosas y cervezas.
Todo esto para levantar 300 millones de dólares, una cifra irrisoria en comparación con las enormes necesidades de financiamiento que tiene el Estado.
Entre las varias inconsistencias que tiene aquel proyecto de ley está el de la devolución del IVA con dinero electrónico. ¿Por qué? Porque aún cuando el monto que se devuelva este año por aquel concepto sea sustancialmente menor que en épocas pasadas, comprometería una porción importante de los recursos que se tiene previsto recaudar con este mismo paquete de impuestos.
Por ejemplo, el año pasado el Fisco devolvió cerca de 150 millones de dólares por concepto de IVA. La recesión ha hecho que el consumo y, por tanto, la recolección de IVA disminuya en casi 15% anual a enero pasado. Por tanto, podríamos asumir que la devolución del IVA también podría caer en una porción similar durante este año, hasta llegar a unos 130 millones de dólares. ¿Las autoridades estarían dispuestas a devolver más de un tercio de los ingresos que planean recaudar con estos nuevos tributos?
No está claro si el derecho a recuperar el IVA se extenderá a todos los contribuyentes o continuará rigiendo solo para las personas de la tercera edad, exportadores, empresas públicas y sus respectivos proveedores. Si este derecho se extendiera a todos, la presión por recuperar una parte del IVA será aún mayor, lo que podría volver negativo el saldo neto que se recaudaría con este paquete tributario.
Hasta ahora, el dinero electrónico no ha pasado de ser una novelería, pues apenas hay 800 000 dólares registrados en este tipo de moneda.
Las empresas y las personas que tienen derecho a recuperar parte de su IVA tendrán que abrir cuentas especiales para ese efecto, por lo que es de esperar que la demanda de dinero electrónico aumente.
El objetivo que parece estar detrás de esta medida es desincentivar el uso de dinero en efectivo. Quienes compren productos o servicios con dinero electrónico podrán recuperar 2 puntos del IVA y quienes lo hagan con tarjetas de débito o crédito podrán recuperar hasta 1 punto de ese impuesto pagado. No se señalan montos máximos.
Se trata de un incentivo que podría ser muy potente si no fuera por el alto nivel de desconfianza que existe entre los agentes económicos sobre la posibilidad de convertir ese tipo de dinero en plata contante y sonante.