¡Buenas noticias, queridos ecuatorianos! ¡Buenas noticias! ¡Esta semana se reporta que los combatientes islamistas están avanzando en Mali! Si cae el Gobierno y se instaura una teocracia islámica, Correa podrá contar con otro de sus aliados sui géneris.
En efecto, el envío de fuerzas internacionales está lejos de concretarse y con pocos medios ese Gobierno debe enfrentarse a una poderosa marea yihadista compuesta por Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), el Movimiento por la Unidad de la Yihad en África del Oeste (Muyao) y Ansar Dine (Defensores de la Fe).
Sin duda desde la caída de Gadafi nuestro eje habrá estado entristecido y ávido de un nuevo miembro que engrose sus filas. Además, hay otra característica que hacen de Mali un perfecto aliado potencial: a priori, ese país no puede aportar ningún beneficio comercial al Ecuador. A nuestro Gobierno le fascina este criterio a la hora de establecer sus alianzas.
Además, son los mismos islamistas los que se han asegurado del desmantelamiento de la economía. Acaban de atentar a la industria turística al destruir una de las maravillas del mundo: los mausoleos de Tombuctú. Mali acogía una de las joyas de África, construidos en la alta edad media, estas obras estaban declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco. Pero los islamistas, con su increíble inteligencia, decidieron desafiar a la Unesco destruyendo su propio patrimonio nacional.
La situación para el Gobierno es catastrófica. Las pocas esperanzas que tenían con las negociaciones que se llevaban a cabo con los terroristas en Ouagadougou, la capital de Burkina Faso, están a punto de desvanecerse. El grupo Ansar Dine anunció sus intenciones de reanudar las hostilidades puesto que no cederán en un punto clave: la aplicación de la ley islámica sharía en todo el país.
Pero el grupo ya ha empezado a aplicarla en las zonas donde tiene control. En los últimos meses se ha prohibido el fútbol, la televisión, la música (Mali tenía una producción musical fabulosa, como por ejemplo el grupo Amadou et Mariam), se ha lapidado a una pareja que tuvo hijos fuera del matrimonio, se aplican penas de desmembramiento con juicios de ley islámica que duran un solo día y donde los jueces son ex combatientes, se condenó a muerte a una mujer cuyo velo era ligeramente transparente, etc.
La única mala noticia para nuestro Gobierno, al aliarse con países islamistas, no está siguiendo su consabida ideología de izquierda. El progresismo nada tiene que ver con regímenes donde las mujeres tienen menos derechos que los hombres. La izquierda apadrina el laicismo, no un sistema donde los fanatismos religiosos inundan la legislación. Nada es más de derechas que aliarse con Irán; con Mali, nuestro Gobierno tiene una nueva oportunidad de demostrar su naturaleza contradictoria.