Venezuela tiene dos desafíos grandes: recomponer la economía para crecer a un ritmo mayor al 5% y elevar más aún el índice de desarrollo humano. Los organismos internacionales imparciales llegan a una conclusión: el chavismo ha hecho bien la inclusión social de la gente pobre pero un mal manejo de la economía, a pesar de disponer de elevados ingresos petroleros.
En lo político, Venezuela debe inculcar a los excluidos más conciencia política democrática sin necesidad de divinizar a Chávez, a través de su participación directa, para mantener su esperanza y el autoestima. Un desafío determinante del futuro es asegurar la buena calidad de la educación subsidiada con becas para los mejores talentos productivos, atender eficazmente la salud en todos sus confines, dotar de más vivienda buena a los necesitados, mejorar la infraestructura que ya está vieja y aumentar los ingresos de la burocracia siempre a cambio de mayor productividad.
En materia de desarrollo económico el primer desafío es que el PIB crezca a una tasa mayor a la del promedio del chavismo que fue del 5%, entre otras vías, tecnificando la gerencia del sector público, tanto en el manejo de empresa petrolera Pdvsa, como en las empresas que el Gobierno venezolano compró a inversionistas extranjeros y nacionales, lo que significó solo una transferencia de riqueza y no creación de nueva riqueza, que hubiese sido lo óptimo. Dialogar con la empresa privada es un desafío inevitable a la vez que preparar técnicamente al recurso humano para implantar una nueva matriz productiva de base tecnológica en un país acostumbrado al menor esfuerzo.
Otro reto esencial es si ncerar la política monetaria y cambiaria, cuyos resultados no son buenos y requieren de un manejo delicado en un país como Venezuela, propenso a sacar capitales. Con bolívares subvaluados se importan productos de precios controlados que se comercializan desorganizadamente en los establecimientos estatales, sin logística acertada, que desemboca en escasez real o ficticia. Otros productos de precios no controlados se importan con bolívares oficiales subvaluados, pero los empresarios venden a precios del mercado negro empujando la inflación hacia arriba. Sincerar el tipo de cambio, aún manteniendo el control de cambios, implica inyección de dólares estatales que provienen de las exportaciones petroleras, que se acabaran pronto si no mejora la gestión petrolera de la empresa estatal.
Un desafío económico es corregir los errores de políticas públicas ideologizadas y clientelares, pues hay un amplio campo para racionalizar las distorsiones como la del precio irrisorio de la gasolina cuando puedes llenar el tanque de un carro mediano por un dólar. Esto tiene una carga política inmensa pero es una irracionalidad incuestionable.