El crecimiento poblacional en Ecuador es de 2,4% anual. El sector de más de 65 años se acerca al 10% del total nacional. En el 2025 el envejecimiento será del 15,3%, según un informe de Naciones Unidas, que revela que el 79% no tiene ningún sistema social de protección.
En el 2000, la población mundial que supera los 60 años era de 600 millones. En 50 años esa cifra se triplicará. La Oficina de Censos de Estados Unidos destaca que, por primera vez en la historia de la humanidad, habrá más adultos mayores de 65 años que niños menores de 15, tanto en los países desarrollados como en los pobres. Según Economist, la expectativa de vida se incrementa ostensiblemente en los países desarrollados.
Estos y otros datos estadísticos importantes constan en la obra “La vida no tiene edad. Adultos mayores: la globalización de la injusticia”, del doctor Marco Proaño Maya, “una convocatoria conmovedora a los Estados y a sus gobiernos para que construyan una sociedad con dignidad y justicia para los adultos mayores”, en palabras de Nicolás Kingman. La presentación tendrá lugar el próximo jueves.
Agrega que la Unión Europea planteó, como uno de los tres grandes problemas contemporáneos, a más del medioambiente y la globalización, el envejecimiento de la población y que convocó a la conciencia internacional para adoptar políticas globales, y así responder a este desafío mundial. El Parlamento Europeo invocó a sus países a asumir políticas nacionales frente al envejecimiento, en el sistema de pensiones y asistencia médica. ¿Y en Ecuador’?
The Economist demuestra que la expectativa de vida se incrementa ostensiblemente desde 1965, con mayor énfasis en los países desarrollados. Al respecto, Proaño Maya sostiene que el envejecimiento puede convertirse en catástrofe si los Estados y la sociedad no actúan con responsabilidad.
Hay que recordar -dice- que jóvenes y adultos se convertirán en viejos y que si los jóvenes de hoy no respaldan la lucha de los jubilados, más tarde tendrán que levantar las mismas banderas en su defensa.
Los adultos mayores no reclaman ni necesitan compasión. Sólo exigen respeto y solidaridad. Eso es lo que falta en nuestro país, donde los jubilados, en su mayoría, perciben pensiones ínfimas, que este año fueron incrementadas en USD10 mensuales’ y reciben trato displicente y cicatero en las casas de salud del IESS, mientras se destinan miles de millones de dólares para préstamos al Gobierno y compra de bonos.
A manera de colofón, un pensamiento de Gabriel García Márquez: ‘A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido’ A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, ¡sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse’!