No hablamos de los sismos ni de los tremores aunque se le parezcan. No hablamos de la calamidad histriónica y histérica que abrió el poder con su Ley de Comunicación.
Tampoco el tema se circunscribe a simplificar lo ocurrido en los procesos políticos recientes de Argentina y de Venezuela y esperar sentados para el cambio de ciclo que se le vendría al Ecuador.
Sin embargo hay algunos temas que parecen recurrentes. Tanto que cada vez se puede sospechar más de la verdadera existencia de los vasos comunicantes de estos procesos políticos con lo que sucedió en el Ecuador en los últimos 9 años.
Para los que pensaron que el arrinconar a los partidos tradicionales bajo el membrete estigmatizante de partidocracia era un hallazgo de nuevo cuño siento defraudarlos. Se ha usado esta tacha desde hace tiempo. El General Juan Domingo Perón, padre del caudillismo latinoamericano ya lo acuñó y usó sin sonrojarse.
En el Relato Peronista de la periodista Silvia Mercado se puede encontrar una enriquecedora recopilación de los momentos del peronismo que nació en una dictadura militar y su tránsito hacia la tarima populista. Varias de las prácticas y tácticas que miró el General en Europa(Italia de Mussoslini, por ejemplo) las llevó a sus procedimientos y a la propaganda, una fórmula milagrosa para cautivar multitudes y gestar la hipnosis colectiva.
Si se revisa ese tramo de cerca de 70 años de historia argentina y del movimiento peronista y sus facetas se puede advertir que nada han nuevo bajo el sol, que todo está inventado ya, incluso el tránsito de las masas populares y proletarias hasta los peronismos neoliberales y el invento de la recreación del progresismo.
Allí encontramos otra faceta en la que hay analogías interesantes. El libro Patria o Medios del periodista Edi Zunino sirve para hallar similitudes entre el demoledor discurso del último peronismo ( o al menos el más reciente) expresado en el kirchnerismo y su guerra a la prensa concretada en una ley de medios que el liberal centro derechista Macri acaba de sepultar.
Pero saltemos al norte de América del Sur. La revolución bolivariana que Dieterich soñó ver hoy ese mismo ideólogo la siente sepultada. Los anhelos delirantes del caudillo que no fue eterno desmadejan un proyecto militarista autoritario hundido por la inoperancia al manejar la crisis del petróleo .16 años de revolución aceitada con oro negro jamás sembró esa riqueza ni generó suficientes alimentos.
Protestas, represión brutal, presos políticos ( no políticos presos, como dicen los chavistas) llevaron a la derrota del 6 de diciembre y a una Asamblea multicolor dominada por la oposición que mostró que el proyecto no era de todos y que el autoritarismo también tiene fecha de caducidad. Allí se inventaron algunos asesores españoles aquello de los cinco poderes y el Socialismo del siglo XXI cuyo fracaso puede ser la antesala de sus réplicas.