Una de las reformas tributarias, propuestas por el presidente Correa a la Asamblea Nacional, que mayor inquietud ha causado desde su anuncio, en el empresariado nacional, es el incremento del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) del 2 al 5%, el cual afectará no solamente a la clase pudiente, sino a todos los ecuatorianos, ya que este finalmente va a ser trasladado a los consumidores en general; el cual además, alejará aun más a la inversión extranjera de nuestro país.
Coincido con lo manifestado por un importante industrial guayaquileño, quien sostiene que lamentablemente no todas las empresas están en capacidad de pagar un ISD del 5%, el mismo que sumado a la retención en la fuente y a los anticipos al pago del impuesto a la renta, afectará la liquidez y rentabilidad de muchas empresas en nuestro país.
Creo que es inadecuado afectar con este impuesto a las exportaciones, y a las importaciones de materias primas y bienes de capital. El cambio de “reglas de juego” en materia tributaria (9 reformas en menos de 5 años), no contribuye a la estabilidad jurídica que requiere el Ecuador. Ya es hora de crear un comité de política tributaria, como lo anuncio la ministra Cely.
Temo que el incremento del ISD también reducirá las importaciones, puesto que encarecerá el costo de los productos en el extranjero.
Considero razonable la propuesta de algunos banqueros, de que se exonere del pago de dicho impuesto, a los intereses y pagos de capital de los créditos externos que vengan al país, para efectos de que el mencionado incremento no encarezca los mismos.
En otro tema, creo que el gravar a los vehículos híbridos con impuestos de hasta el 49% adicionales al 35% ad valórem que ya pagan, hará prohibitiva la importación de esta clase de vehículos, los cuales son los menos contaminantes que existen en el mercado, por lo que estos no deberían ser gravados ni con IVA (Impuesto al Valor Agregado) ni con ICE (Impuesto a los Consumos Especiales), para estimular su uso.
El Ecuador es uno de los países de la región donde más impuestos se paga por la importación de un vehículo: 89% (Colombia 70%, Chile 25%, Perú 24%), cuyo precio de venta al público, en muchos casos, excede al de una casa.
Los vehículos son los bienes más gravados con impuestos en nuestro país, lo cual es absurdo, ya que el tener uno de ellos, no es un lujo sino una necesidad.
En el cálculo del impuesto a la propiedad de los vehículos, como sostiene la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador, debería contemplarse un factor de ajuste ambiental en función de su antigüedad, para de esta manera reemplazar a los vehículos antiguos que tanto contaminan, con los de la nueva tecnología existente; pero nada de esto dará los resultados deseados sino se mejora la calidad de los combustibles en el Ecuador.