En 1941 el Dr. Leopoldo Izquieta Pérez, en su calidad de Diputado, logró que el Congreso Nacional decidiera la creación en Guayaquil de un Instituto Nacional de Higiene y Medicina Tropical, que llevó su nombre y de ahí sus siglas: INHMTIP.
He ponderado los méritos del Dr. Izquieta Pérez, comenzando porque fue Profesor de Fisiología, ciencia básica por aquel entonces. Lo más destacado, la creación de un instituto nacional que se dedicara primordialmente a la investigación científica de las enfermedades tropicales que diezmaban las poblaciones campesinas de la Costa, de cuya producción agrícola vivía el país.
El espacio creado por el Dr. Izquieta Pérez resultó tierra fértil: los jóvenes médicos costeños comenzaron a desarrollar investigaciones sistemáticas. Fueron de las primeras cartas de presentación de nuestro país ante la comunidad científica internacional. Fue un triunfo de la civilización sobre la barbarie. El INHMTIP fue consolidándose gracias al apoyo de los gobiernos de turno, como no podía ser en otra forma.
Lástima grande, ¡la historia institucional de nuestros países! Se imponían los bárbaros y al Instituto Izquieta Pérez se le sometía a la asfixia económica. Numerosos investigadores se vieron en la necesidad de huir. De haberse mantenido la pasión de los tropicalistas ecuatorianos, estoy convencido que hubieran sido llamados como asesores cuando Cuba sufrió sus primeras epidemias de dengue. Sucedió lo contrario ¡por obra de los bárbaros!
Pese a todas las desventuras, los pocos investigadores que quedaban en el Izquieta Pérez siguieron honrando la memoria del ilustre colega. Cuando en el 2008 en la provincia de Los Ríos se produjeron muertes por meningoencefalitis fueron los parasitólogos del INHMTIP quienes dieron con el agente patógeno: un parásito que no había sido descrito en Sudamérica, y cuyo vector, como se demostró en Santo Domingo de los Tsáchilas, era el caracol cuando se lo comía crudo.
Nunca dejaremos de ser un país ingrato. Me cayó como un tiro que el nombre del Dr. Izquieta Pérez haya sido borrado en un Decreto del presidente Correa. Con buenas razones y otras que cabía que se las discuta, se ha decidido escindir el INHMTIP en lo que será el Instituto Nacional de Salud Pública e Investigaciones (INSPI) y la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (ARCSA).
Una vez que el espacio físico resulta estrecho, deberán construirse las instalaciones de un nuevo instituto de investigaciones, lo cual demandará años. Entretanto se producirá la invasión de los bárbaros. Es así como a la ingratitud se suma el desconcierto que producen las decisiones con piola en nuestro desventurado país.
Lo más relevante del Dr. Izquieta Pérez, el impacto que tuvo su obra en el desarrollo de la investigación científica ecuatoriana.