Hace pocos días el FMI hizo conocer el informe relativo a la situación de la economía ecuatoriana con motivo del desembolso que por USD 364 millones entregó al Ecuador bajo la figura de un “Instrumento de Rápido Financiamiento”, recursos destinados a apoyar los impactos del terremoto de abril pasado.
Dicha publicación no es el Informe del Artículo IV del FMI cuya entrega el gobierno no autoriza, peor aún el análisis que realiza el organismo cuando se suscribe un acuerdo tipo “Stand By”.
Uno de los aspectos más relevantes que destaca el FMI en sus proyecciones, es anticipar que la recesión económica estará presente por 5 años, es decir, del 2016 al 2020. Las tasas serían del -2.3%, -2.7%, -1.1%, -0.4% y -0.5%. El 2 021 la tasa proyectada del PIB sería positiva en 1.5%. Si no se aclara la cifra del 2 015 por parte del BCE, podría también suponerse un año más de recesión económica. Estas estimaciones estarían sujetas a que el 2 017 se inicie un proceso gradual de ordenamiento de las cuentas fiscales, externas y del sector monetario, de tal suerte de registrar equilibrio y hasta pequeños superávit presupuestarios, niveles también de estabilidad y equilibrio en las cuentas externas así como mayor fortalecimiento y liquidez en el sector financiero y en la economía en general. Esto querría decir que, según el FMI, el país estaría frente al menos a un lustro de recesión económica, lo que configuraría, sin duda, una crisis de grandes proporciones.
Imaginarse 5 o 6 años de recesión económica, inclusive haciendo los deberes de ordenar la casa, implicaría un proceso permanente de pérdida de empleos, más pobreza, menor progreso y grandes dificultades políticas y sociales. Se habría configurado una herencia espantosa para la siguiente administración. La crisis de 1999 fue violenta y severa pero el año 2 000 el país ya creció al 1%. En este caso estaríamos frente a una crisis larga donde los embates de la misma serían menos violentos pero no por ello menos dolorosos.
Discrepo de un escenario tan negativo, no porque sea poco probable sino porque considero se pueden aplicar políticas adicionales que reduzcan la duración de la crisis. Ecuador representa el 0.03% del PIB mundial, lo que significa que con relativamente pocos recursos para las magnitudes del mercado internacional se puede activar más rápidamente la economía. Esto ya ocurrió en el pasado. Y, por otra parte, siendo una economía muy abierta, fortalecer el sector externo con acuerdos de comercio, bajar el riesgo país con un buen programa económico que permita financiamiento más barato, inversión extranjera creciente por un entorno adecuado, hace que exista “vía libre” para reactivar la economía. El FMI no analiza todo lo que podría aportar el sector privado con un buen manejo económico. Por lo tanto, creo sí es posible ordenar la casa, mitigar la recesión en intensidad y duración y, enrumbar el país pero todos, sin excepción, deben colaborar.