El mal mantenimiento del Estado

Mucho se ha reivindicado la ejecución de la obra pública y de manera especial el mejoramiento del eje principal del sistema vial. Eso se evidencia. Sin embargo, cuando el Estado comenzó a copar casi todo, en época de disponibilidad de grandes recursos por la bonanza petrolera, se advirtió oportunamente que no solo es importante mejorar las carreteras sino su mantenimiento posterior para evitar el deterioro o destrucción.

Igual ha sucedido con el enorme crecimiento del aparato burocrático, con más ministerios y empresas públicas, y en lugar de agilizar los procesos, a los más de ocho años de administración quieren demostrar que recién se dan cuenta de la enorme tramitología que dificulta y demora los trámites. Hechos reales, admitidos por altos funcionarios.

En la ejecución de la obra de infraestructura, como se hace en otros países y aquí mismo parcialmente en otros ejes viales, la coparticipación de la empresa privada siempre será fundamental, aunque se lo hace de manera limitada.

Los hechos comienzan a demostrar las falencias del mantenimiento de la obra pública. El caso de la vía hacia el noroccidente de Pichincha, que antes administraba el Consejo Provincial y que pasó a manos del Ministerio de Transporte y Obras Públicas.

Mientras el Gobierno de la provincia la mantenía estaba mejor. En la actualidad esta administración seccional, junto con otras instituciones del Estado, se ha preocupado a fondo frente a la permanente vulnerabilidad y la emergencia en la importante arteria vial Alóag-Santo Domingo de los Tsáchilas, pero el estado de la vía alterna Calacalí-La Independencia es deplorable y calamitoso, sin un buen mantenimiento. Eso ha derivado en accidentes de tránsito y complicaciones en la circulación vehicular.

La viceprefecta de Pichincha e integrante del movimiento oficial Alianza País, Marcela Costales (residente en esa zona y por tanto usuaria de la vía), declaraba días atrás en EcuadoRadio con ocasión de esta emergencia en la Alóag-Santo Domingo, que la carretera hacia el noroccidente de la provincia, con administración del Ministerio de Transporte y Obras Públicas estaba casi abandonada y no se encontraba en buen estado. Incluso habló de la presencia del abigeato, que afecta a la región. Ese es reflejo de la ineficiencia del Estado en materia de mantenimiento.

Esto contrasta con el estado de las vías concesionadas. Se pagan peajes pero se circula con mayor seguridad. Ese es el caso, para citar uno, el eje vial en la región interandina entre Tulcán y Riobamba. Permanente mantenimiento con respaldo y atención de la compañía que administra la vía, de manera organizada y sin tanta propaganda oficial.

Esta realidad debe llamar la atención para preocuparse no solo de los contratos, hacer vías y mejorarlas sino, quizás lo más importante, lograr un mantenimiento permanente porque, en caso contrario, con el tiempo se deterioran.

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