Así se expresaron los periodistas argentinos que concurrieron al set del programa ‘Periodismo para Todos’ de Jorge Lanata en Buenos Aires en días pasados. Demandaban y protestaban por la ausencia de información del gobierno. Quedó claro que es muy difícil entender la libertad de expresión sin la información pública adecuada y oportuna por parte del poder de turno. Las preguntas periodísticas siempre son complejas, naturalmente irreverentes, pero necesarias en un contexto informativo.
En el Ecuador la situación es diferente, salvo una excepción, probablemente la más importante. Los periodistas y conductores entrevistan a personajes públicos con amplia libertad y se desconoce si existe alguna prohibición o restricción en la actualidad; probablemente, lo dictaron en la época de Carlos Vera o Jorge Ortiz y ya estaría lista una instrucción para el caso de Alfredo Pinoargote. Pero nada más.
Pero la excepción a la que se hizo referencia en el párrafo anterior se refiere a las denominadas ‘sabatinas ‘ que duran tres horas, incluido un break para dos payasos que de acuerdo a la última ya fueron despedidos. Estos actos políticos y públicos – no son reservados ni exclusivos- y se desconoce si se cursan invitaciones. Por tanto se impone indagar cual es el motivo para que los periodistas no asistan al acto para la correspondiente cobertura. Si el gobierno no ha restringido o impedido el acceso, la conclusión sería lapidaria para el colectivo periodístico, pues durante cinco años han permanecido en sus casas o en las oficinas de sus diarios, emisoras o canales sin tomarse la molestia- era su obligación- de realizar una cobertura directa que permitiera al pueblo ser informado de detalles que algunas veces son muy importantes fuera del micrófono que utiliza el primer mandatario o las piruetas de los saltimbanquis.
En el caso contrario, que fuera el gobierno y los organizadores del acto los que impidieran el acceso a la prensa, sería lamentable que los medios en su ejercicio profesional no hubiesen informado de tal restricción a un acto público donde informa el Presidente de la República de sus acciones; además, que no es un acto partidario ni privado.
Muchos parecidos se dan entre Ecuador y Argentina. Altos precios de la producción exportable, reelección presidencial, pródigo gasto público y aunque en el país del Río de la Plata pueda que sea mayor la adhesión popular es un rasgo compartido. El odio a la prensa independiente es igual y con seguridad el gurú Ignacio Ramonet lo bendice. En Buenos Aires pretenden amordazar a la prensa escrita con la expropiación de la empresa productora Papel Prensa; acá, con la nueva Ley de Comunicación y su Consejo de Regulación. ¿Cuál es la causa estratégica de tanta inquina? Todavía no hay respuesta. Mientras tanto queda la exclamación de los “pibes mayores” en el auditorio de Lanata: ¡Queremos preguntar…!