Al menos tres cosas puede conseguir el Gobierno si mejora las relaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI): apoyo internacional, cooperación técnica y sobre todo acceso a mayores recursos en el Banco Mundial y en el mercado de capitales, pero en mejores condiciones financieras a las obtenidas en años pasados.
El presidente Lenín Moreno, que quiere diferenciarse de su antecesor, sabe que necesitará endeudarse para financiar el presupuesto del 2018, pero esos nuevos créditos deberán ayudar a cambiar la estructura actual de la deuda, como lo ofreció. Es decir, necesita reemplazar deuda cara y de corto plazo por otra más barata y de largo plazo.
Ese objetivo lo puede conseguir por dos vías: en el mercado de capitales y en el Banco Mundial, donde hay espacio para obtener hasta USD 2 500 millones, según el representante de Ecuador ante el FMI. Pero en ambos casos necesita una ‘carta de recomendación’ del FMI, la cual podría estar lista a inicios del 2018, cuando se prevé realizar la consulta del artículo IV de Ecuador.
Este informe sobre el desempeño de la economía nacional será clave para bajar el riesgo país, que hasta el viernes pasado estaba en 507 puntos. Si bien ha venido cayendo, sigue siendo el segundo más alto de la región, luego de Venezuela.
El Gobierno espera que este informe vaya de la mano con lo anunciado la semana pasada por Alejandro Werner, director del Departamento Occidental del FMI, quien se mostró sorprendido de manera favorable por el crecimiento económico del país este 2017, que es mayor a lo previsto por el FMI.
Si bien el Presidente busca impulsar el diálogo con organismos multilaterales para mejorar la imagen del país, necesitará alinear a su gabinete en ese objetivo. Por un lado tiene a un Ministro de Comercio viajando en busca de inversión extranjera y nuevos socios comerciales pero, por otro, aplica una tasa aduanera y anuncia aumentos de aranceles para restringir el comercio.