Hace siete años germinó el tercer populismo, veamos sus antecedentes. Las fértiles doctrinas republicanas del siglo XIX se hicieron partidos: 1923, liberal, 1925 conservador y 1926, socialista.
Hacía falta un populismo antipartidario. José María Velasco Ibarra cumplió esa misión. A los 30 años escribía en EL COMERCIO criticando al comunismo. Auspiciado por Neptalí Bonifaz, quien ganó las elecciones en 1931 fue electo diputado por Pichincha. Inició su larga carrera política como conspirador para provocar la renuncia del presidente Martínez Mera. Logrado el objetivo ganó las elecciones en diciembre- 1933. En agosto ya ejercía la Presidencia de la Cámara de Diputados. El día 15 exaltó al fascismo: “Es la hora de la sublevación de las masas, según dice Ortega y Gasset. He aquí porque tenemos que hacer política en el parlamento. Hitler y Mussolini, conscientes, se apoyan en la muchedumbre”. Inició su primera Presidencia en 1934 y al intentar disolver el Congreso, el Ejército lo sacó en 1935. Sembrada la semilla populista fue al exilio en Argentina, escenario del fascismo peronista.
Retornó en mayo de 1944 con el apoyo de todo el espectro político desde la derecha hasta el socialismo, y convocó a elecciones. La Asamblea Constituyente tuvo 92 diputados, y la izquierda logró el 25%, gracias al debut de organizaciones como la CTE-trabajadores, la FEI-indígenas, la FEUE-estudiantes y de las cuatro universidades estatales. En 1945 se aprobó una Constitución para formar el Congreso unicameral de base social ampliada porque, a más de elecciones directas se consideraba las diputaciones funcionales de sectores productivos, comercio, prensa, universidades, trabajadores, e indígenas. Además, se crearon órganos de control. Estos avances la condujeron al archivo y a la persecución de muchos de sus ideólogos. Velasco cumplía su misión persecutoria de la izquierda y proclamado dictador convocó a otra Constituyente en marzo de 1946 que aprobó un texto moderado que estabilizó el poder por 15 años. A la época-1949 Carlos Guevara Moreno, ministro de Gobierno de ese 2º velasquismo fundó otro populismo: Concentración de Fuerzas Populares-CFP. Gobernó Plaza en 1948, luego el 3° y 4° velasquismo hasta la dictadura militar de 1963. Por fin desde 1968 el quinto velasquismo con lo cual se detenía el avance populista del CFP con Asaad Bucaram e impedido de llegar al poder lo hizo a través de Jaime Roldós, en 1979. Tras la crisis producida por Abdalá Bucaram en su efímera presidencia de seis meses, cierta pseudoizquierda apoya a Rafael Correa después de 10 años de crisis. El 2007 abre el tercer populismo con disfraz revolucionario.