¿'Ponzi' ecuatoriano'?

Un esquema "Ponzi" es una operación financiera fraudulenta en la que quienes realizan una inversión reciben beneficios tomados de su propio dinero invertido, o del dinero de nuevos inversores. El tristemente célebre notario José Cabrera dirigió una durante años en la ciudad de Machala, donde captó cientos de millones de dólares, hasta que su imprevista muerte en 2005 hizo que miles de "ingenuos" inversionistas corrieran a reclamar su dinero, precipitando el colapso de la operación.

Cabe recordar ese episodio al conocerse un reciente estudio actuarial que parece mostrar que, desde un punto de vista financiero, el sistema de seguridad social (SS) ecuatoriano no dista mucho de la operación del notario Cabrera.

Como en un esquema "Ponzi", buena parte de los aportes que hoy hacen los afiliados a la SS se dirigen a pagar beneficios de jubilación y salud, gastos operativos, e inversiones en infraestructura y no necesariamente a inversiones que sustenten los compromisos financieros futuros. En buena medida es debido a ello que el estudio en referencia estima hoy un colosal déficit actuarial de al menos, USD 11 000 millones.

Como en un esquema "Ponzi", los que cobran primero obtienen beneficio, mientras que los que cobran al último, difícilmente logran recuperar su inversión. Aquello sucede con los afiliados que aportaron antes del año 2000 en devaluados sucres y hoy reciben pensiones y otros beneficios en moneda dura (dólares) que no guardan relación alguna con sus aportes históricos.

En cambio, los que actualmente aportan en moneda dura -especialmente los que lo hacen en valores altos- probablemente no obtengan los beneficios esperados, debido al enorme y creciente déficit que acumula el sistema y a que las pensiones jubilares tienen límites máximos.

Al menos en el "Ponzi" de Cabrera, los aportantes tenían -en teoría- el derecho de reclamar el dinero invertido más un beneficio. En el caso de la SS, los aportantes sólo pueden reclamar lo que consideren las autoridades que la administran y los legisladores que establecen sus reglas.

Claro, existen también diferencias importantes. Mientras Cabrera debía convencer al público para que invierta, los ecuatorianos están obligados por ley -y próximamente bajo pena de prisión- a aportar a la SS. Eso le permite eludir retiros masivos, recibir un flujo constante de recursos y mantenerse a flote por mucho tiempo.

Si bien la situación financiera de la SS no es enteramente responsabilidad de la administración actual, la ha empeorado al ampliar arbitrariamente las prestaciones y destinar sus recursos al "desarrollo nacional" -léase proyectos gubernamentales- en lugar de priorizar su sostenibilidad de largo plazo. Si una institución privada mostraría la situación de la SS, hace rato que sus clientes la abandonaban, o las autoridades la cerraban.

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