Política electrónica

El progreso de los medios electrónicos ha encontrado lugar en la política ecuatoriana. Una muestra palpable es la cámara oculta instalada en el despacho del presidente de la República y que, según se afirma, envía información que puede ser recibida por teléfono celular.

El actual jefe de Estado, Lenín Moreno, al denunciar que era filmado en su Despacho sin su conocimiento, sugirió que el responsable era el anterior mandatario Rafael Correa. Se descubrió porque una parte de la pared del despacho estaba caliente. “La cámara estaba encendida”, dijo el presidente Moreno. Agregó: “La cámara estaba funcionando y no sabemos cuántas veces ha estado funcionando”. “El presidente Correa ni siquiera me comunicó que existía esa cámara allí y que él la monitoreaba desde su teléfono celular”.

Del uso de la tecnología en la actividad política, esta vez a nivel presidencial, trajo como derivación un nuevo modo de lucha política.
El aludido presidente Correa mencionó la “renuncia” del actual jefe de Estado, en caso de que no pruebe que él tenía culpabilidad en el asunto de la cámara escondida.

Antes de este incidente, el vicepresidente Glas habló de “renuncia” con estas palabras: “Fuimos elegidos en binomio, si renunciamos, renunciamos los dos”.

El fantástico progreso tecnológico actual, al parecer también se ha estado utilizando ya no solo en luchas políticas internas, sino de nivel mundial. Nuestra Embajada en Londres, más parece un centro de lucha internacional de Julian Assange, quien incidió en las elecciones de EE.UU. y, según afirmación del prestigioso excanciller José Ayala Lasso, hoy se está inmiscuyendo en el referendo de Cataluña sobre la independencia de España.

Más recientemente, el personal de la Embajada de Estados Unidos en La Habana, Cuba, está padeciendo afectaciones en su salud. Los investigadores yanquis tienen varias hipótesis sobre lo que podría estar detrás de los misteriosos resultados, consistentes en ataques de sonido, un arma electromagnética, o un dispositivo de espionaje. Sufren pérdidas auditivas o conmociones cerebrales; otros, padecen de náuseas, dolores de cabeza y zumbidos en los oídos. De los 21 funcionarios acreditados en La Habana, algunos tienen problemas para concentrarse o recordar palabras comunes. Otros, sintieron vibraciones u oyeron sonidos fuertes que misteriosamente solo eran audibles en partes de ciertas habitaciones de la Embajada, varios, no escuchaban nada. En semejante situación, están haciendo evaluaciones que podrían derivar en el cierre de la sede americana.

¡Ha llegado a la política ecuatoriana la era tecnológica! La utilizarán para bien y para mal, seguramente. Todos tienen una clave; algunos ya son un “clavo” en la conducción de la política, concretada en discusiones y peleas inútiles.

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