En esta caótica coyuntura política, nadie discute, al contrario se preocupa, por la situación general del país y dentro de ella por la grave crisis económica que atraviesa y la necesidad de austeridad fiscal como una de las principales medidas para aplacarla.
Lamentablemente y con gran irresponsabilidad, hay entidades gubernamentales que actúan, por razones obscuras e inexplicables, con desprecio al futuro del país y, quien sabe, con mala fe al tomar medidas que van en contra de esta elemental consideración y se empeñan en gastar recursos fiscales.
He podido constatar, nadie me lo ha contado, lo he visto, en la página web de la Cancillería, una convocatoria para nombrar casi doscientos nuevos funcionarios y empleados para ocupar puestos en el Servicio Exterior. ¿Quién puede, con dos dedos de frente que le permitan reflexionar sobre la grave crisis que atraviesa la economía ecuatoriana, tomar una decisión de esta naturaleza que implica un nuevo e innecesario gasto público?
Resulta inconcebible e inaceptable.
Según la misma convocatoria, los puestos de trabajo de estos nuevos empleados son Ambato, Manta, Azogues, Santo Domingo, Quito, Guayaquil y otras once ciudades más del país.
¿Tiene este llamado una explicación racional? Si fuera para atender a los migrantes, la Cancillería debe hacerlo en el exterior. Y si fuera para los retornados hay más que suficientes ministerios e instituciones públicas en el país como para atenderlos en su reinserción social, salud, seguridad, educación. La Cancillería no debe duplicar esas funciones.
Esta convocatoria se hace un mes y medio antes de que se posesione el nuevo gobierno cuyas medidas económicas y de restructuración del estado tendrán que ser necesariamente muy duras. Todos estamos conscientes de ello.
Esta inconsulta decisión, que ya no afectará al gobierno del Presidente Correa pues el 24 de mayo dejará el poder ¿habrá sido, por elemental delicadeza y responsabilidad con el presidente electo? Sera él y su nuevo gobierno quienes deberán hacer frente a estos nuevos gastos que no son otra cosa que más dispendio en una Cancillería de por si rota e ineficiente.
Conozco que convocatorias similares se han hecho en otras entidades públicas con lo cual el insaciable apetito burocrático y de derroche se hará visible hasta el último día del mandato del Presidente Correa. El desembolso será significativo y su impacto en esta época aún mayor. Tengo la certeza de que él no lo sabe y su sucesor tampoco. ¿Cuándo serán capaces de pensar los ministros en el bienestar general del pueblo ecuatoriano y no solo de los cercanos al poder?
Esto es inaceptable e irresponsable, es como si aquí no pasara nada.