¡Eso es Ecuador, un pobre país nuevo rico, gobernado por gente que no conoce de ahorrar, si de malgastar! Las personas cuando se convierten en millonarios de la noche a la mañana, lo primero que suelen hacer es adquirir una casa, y si la plata alcanza, dos o más inmuebles para “sus papacitos”. Compran uno o más vehículos (efecto demostración). Ya no asisten a los lugares que iban, ahora pertenecen a “otra clase económica”. Contratan personal para labores domésticas. En el caso del Estado está ocurriendo lo mismo: ya no hay un ministerio y un edificio, ahora hay más ministerios, y adquieren más de un edificio para el mismo ministerio (ejemplo, el de Relaciones Laborales). Los ministros ahora se alimentan en lugares de “pelucones”. Por último, el Estado compra vehículos del año (y en más cantidad). Y como el efecto demostración tiene que presentarse ante el mundo, también se gasta dinero en otros países.
En la época en que existía un servicio exterior reconocido en el ámbito internacional como uno de los mejor preparado y sólido en sus conocimientos, los funcionarios asignados a las distintas embajadas del Ecuador en otros países, tenían que utilizar su sueldo, no solo para mantenerse y representar dignamente al país, sino también para adquirir el vehículo para movilizarse a sesiones de trabajo convocadas por las autoridades de esa nación. El auto era conducido por el embajador, ya que hablar de chofer pagado por el Estado, era un sinsentido.
Pero ahora como somos un pobre país nuevo rico, el planeta debe enterarse de la abundancia de dólares que nos caen, y que hay que gastarlos hoy porque mañana… el gobernante estará en Bélgica. Patiño (aquel de los “pativideos”), firmó un acuerdo ministerial que permite a las embajadas de Ecuador en el mundo y a las representaciones ecuatorianas ante organismos internacionales adquirir, a costa del Presupuesto General del Estado, vehículos para que los burócratas de Alianza País asignados a las embajadas y organismos internacionales, se paseen en autos oficiales. También se les faculta contratar choferes a costa de los contribuyentes. El seguro de los automóviles, así como su mantenimiento y reparación los asume el Estado…¡Ecuador socialista del siglo XXI con caprichos capitalistas de mediados del siglo XX!
¿Se imagina cuál embajador está entre los primeros, por no decir el número uno, en pedir vehículo para su uso personal? Nada menos que el señor Ricardo Ulcuango, cuya justificación para solicitar se adquiera una “vagoneta” (¿?) full equipo es que “las carreteras de Bolivia no gozan de las mejores condiciones de construcción”. Con ese argumento está convenciendo a su Ministro y, en pocos días, Ulcuango tendrá chofer pagado por el Estado, y un vehículo para hacer turismo en La Paz y descansar en el lago Titicaca.