Plaza, OEA…

El miércoles último se publicó en estas páginas una foto histórica del “patrón Galito” comentando con un periodista sobre su nombramiento como secretario general de la OEA, la más alta distinción a un ecuatoriano. La escena fue captada en Zuleta, en 1968, hacienda en la que Galo Plaza funcionño durante buenos años para aplicar sus conocimientos sobre agricultura adquiridos en la Universidad de Maryland, luego de que había resuelto no ingresar al mundillo de la política. Pero como visitaba al Quito de ayer para jugar fútbol y torear fue –sin querer queriendo- ganando amigos y votos hasta ser, como su padre, presidente del Ecuador.

A su padre, el general manaba Leonidas Plaza Gutiérrez, le fue muy bien en su primer período presidencial (1901-1905) y muy mal en su segundo (1912-1916). La división liberal, una guerrilla civil en Esmeraldas, el asesinato de los Alfaro afectaron a la segunda etapa. El joven Plaza prometió no meterse en política y por eso prefirió dedicar sus estudios universitarios a las vacas, los sembríos y las cosechas, Cuando regresó al país jugó para el Gladiador, toreó en la Plaza Arenas, se conectó con la gente del Quito de la época y fue avanzando a paso firme. Tanto que llegó a ser jerarca municipal, líder deportivo, ministro y –para culminar- Presidente de la República.

En la presidencia del Ecuador le fue aceptablemente bien y se prestigió con la hazaña de durar cuatro años en Carondelet. De paso mostró que no era un alzado “patrón” como le tildaban inicialmente sus adversarios y “patrón Galito” dejó de ser un ataque para convertirse en un saludo amistoso o bromista. Luego, cuando actuó en la presidencia mostró tolerancia y espíritu democrático. Hasta dio una sorpresa aliándose con los socialistas para gobernar.

La OEA se fundó en 1948, en Bogotá, durante una reunión interamericana que coincidió con la jornada trágica del “bogotazo” desatado por el aleve asesinato del líder liberal colombiano Jorge Eliecer Gaitán. Ahora viene un golpe, con el próximo nacimiento del “Celac”, la Comunidad Latinoamericana y del Caribe, algo así como una OEA sin Estados Unidos ni Canadá. Un sueño impulsado por adversarios de los países del norte, pero que ha ido ganando terreno hasta llegar a 33 naciones, cada vez más ilusionadas por las perspectivas de un bloque importante y con muchas aproximaciones en lo cultural e histórico. Hay también gobiernos que mantienen buena relación con los países del norte y seguirán manteniendo sus convenios bilaterales, sumando aportes para un nuevo panorama que provoca expectativas.

(El ciudadano que aparece en la fotografía con Galo Plaza que hoy se comenta es el periodista Santiago Jervis, profesional de reconocida calidad que prestó servicios a EL COMERCIO desde 1958 hasta 1989, recorriendo toda la escala desde cronista hasta director),

Suplementos digitales