Fue el ecuatoriano. Desgraciadamente, la producción del Ecuador, medida por el PIB, no creció en el primer trimestre de este año. Y ya no podemos echarle la culpa de nuestro desastroso crecimiento a la ‘crisis internacional’ porque nuestros vecinos, dos países bastante similares al nuestro, resulta que tuvieron crecimientos muy robustos en el primer trimestre de 2010.
El PIB mide la producción de bienes y servicios de un país y el que estimó el Banco Central para el Ecuador para el primer trimestre es, únicamente, 0,6% más alto que el registrado para el mismo trimestre del año pasado. Esa tasa de crecimiento anual es muy baja, sobre todo es más baja que el crecimiento de la población que actualmente se estima que estará en 1,5%.
Después de una crisis internacional como la que acabamos de pasar, es legítimo preguntarse si el mal desempeño de nuestra economía es un rezago de esa grave crisis. Una simple comparación con nuestros vecinos demuestra que nuestros problemas son producidos en el país y que no vienen de ninguna crisis internacional.
En el mismo tiempo, Colombia creció a una muy aceptable tasa de 4,4%, mientras que Perú lo hizo a la excelente tasa de 6%. Ante esto solo quedan dos posibles explicaciones: o Colombia y Perú están en otro planeta donde no hubo crisis o el Ecuador se ha manejado lo suficientemente mal como para que sigamos atorados sin crecer, mientras nuestros vecinos se recuperan rápidamente.
Lo que ha hecho mal el Ecuador es ahuyentar la inversión privada (nacional y extranjera), hacer tres reformas tributarias en tres años, destrozar la flexibilidad laboral, disparar su gasto público cuando no era necesario, contraer ese gasto cuando se lo debía expandir, entrar en moratoria en su deuda externa, poner topes a las tasas de interés, poner un impuesto de salida a las divisas y un impuesto mínimo, entre muchas otras cosas. Por eso la inversión privada ha caído y por eso la producción no crece.
Pero no solo que el Ecuador ha hecho las cosas mal. Nuestros vecinos han hecho algunas cosas bastante bien. Por ejemplo, se les ocurrió firmar acuerdos de libre comercio con los Estados Unidos y con Europa, lograron atraer importantes cantidades de inversión extranjera y, gracias al buen manejo de sus finanzas públicas, lograron que el gasto sí suba cuando era realmente necesario.
Las consecuencias son obvias. En Colombia y Perú se creó más riqueza y más empleo y se destruyó más pobreza. En el Ecuador, mientras tanto, el desempleo y el subempleo están altos y nada indica que vayan a bajar, la pobreza subió en el 2009 y posiblemente vuelva a hacerlo en el 2010. Hubo una época en la que el Ecuador era una isla de paz, rodeada de dos países problemáticos y violentos. Hoy es al revés.