La verdad no está claro qué va a pasar con el precio del petróleo en los próximos meses. Si bien se ha estabilizado en unos USD 50 por barril, todo va a depender de lo que ocurra en el lado de la oferta.
Los riesgos políticos hacen posible una reducción de la oferta (que haría que el precio suba), mientras que consideraciones financieras podrían hacer que crezca la cantidad de crudo disponible en el mercado (y que el precio baje).
En lo político, los problemas se centran en tres importantes productores del Oriente Medio y de África: Libia, Iraq y Nigeria tienen problemas internos que podrían afectar su producción. Hace unas pocas semanas ya hubo una interrupción de la producción libia de petróleo, lo que generó suficiente preocupación en el mercado como para hacer que el precio del crudo suba unos pocos dólares. Por su parte, Iraq está aún más complicado con la amenaza del Estado Islámico, aunque hasta ahora no ha tenido problemas en la producción y comercialización de su crudo.
Nigeria no solo que está enfrentando la amenaza del grupo terrorista Boko Haram, sino que también está al borde de tener serios problemas políticos, pues el gobierno de Goodluck Jonathan decidió aplazar para fines de marzo las elecciones que estaban planeadas para el 14 de febrero pasado.
Eso, sumado a la impopularidad del Presidente (que busca su reelección) y la creciente popularidad dela oposición, ha aumentado la preocupación sobre un posible fraude electoral.
Hasta ahí, los problemas políticos que podrían reducir la oferta de crudo. Pero también está una serie de decisiones financieras que podrían aumentarla.
La primera es hasta cuándo pueden los productores con altos costos seguir manteniendo sus niveles actuales de producción. En ese grupo son especialmente relevantes quienes extraen el petróleo del esquisto y de las arenas bituminosas en los Estados Unidos y en Canadá. Hasta ahora, la reducción de su producción ha sido sorprendentemente pequeña. Parecería que solo han cerrado los pozos más costosos y por eso no ha habido una reducción significativa en la producción.
La segunda consideración financiera es qué va a pasar con todo el petróleo que se está almacenado alrededor del mundo. En números redondos, el mundo está produciendo cada día un millón de barriles más de lo que consume y esa diferencia tiene que almacenarse en alguna parte. El problema es que la capacidad de almacenamiento no es infinita y algún día los tanques se pueden llenar, al igual que tampoco es infinita la capacidad de quienes compran ese crudo de mantenerlo ocioso, perdiendo valor. Si el precio no sube pronto, podrían sacarlo al mercado para no perder demasiado.
Finalmente, los sauditas serán claves definiendo hasta cuándo van a seguir inundando el mundo con su crudo para así tratar de recuperar su participación en el mercado.
@VicenteAlbornoz