A pocos días del cambio en el poder político, quien triunfe se encontrará con la mesa casi vacía.
Transcribo la realidad que presenta un consagrado de la economía, el Dr. Abelardo Pachano: “La actual línea de gestión de la política fiscal ha llegado a un nivel que contaminó de cerca todas las actividades y sectores de la sociedad ecuatoriana.
Casi no hay resquicio financiero que haya escapado del abuso por parte del Gobierno para cubrir el déficit fiscal”. Enumera la realidad de las mayores entidades: … “IESS, ISSFA, ISPOL, Banco Central del Ecuador, Fondos del Magisterio, entrega de campos petroleros, seguro de depósitos, anticipos de exportación futura, atrasos a proveedores y una serie interminable de otras operaciones”
El nuevo mandatario deberá deudas millonarias tanto a entidades del extranjero cuanto a acreedores ecuatorianos, que hicieron algún trabajo para el Gobierno.
El Dr. Pachano concreta con estas palabras: “Al cierre de cada mes la angustia por el pago de emolumentos se visualiza por lo menos últimamente, en la utilización de la liquidez (dinero) del BCE”. ¡Y no para!
Mientras la desocupación se incrementa, el baratillo de ofertas electorales no tiene límite. Ambos candidatos aseguran que las subvenciones que mantienen al consumo de las familias, se mantendrán. Ofrecen tener congelado el subsidio al gas y, por supuesto de la gasolina.
A ninguno se le ocurre recordar al presidente Rodrigo Borja, quien aumentó el precio de la gasolina por centavos en cada mes, de tal manera que ni se percibía el alza.
Sin explicar cómo financiarán las viviendas “para todos”, propósito imposible, en el sector económico pobre abren expectativas. Se ve a muchos ciudadanos que creen en la oferta preguntando dónde habrá que inscribirse para que le entreguen la casa prometida.
En semejante estado de la sociedad, el ciudadano se halla ante una realidad no solo de mala economía, sino de inseguridad cada vez mayor. Todos los días informan de asaltos, robos a mano armada, asesinatos, femicidios, cuya posibilidad de descubrir a los autores se diluye en la esperanza de la anunciada “investigación”.
La gente joven tiene dificultad para encontrar trabajo, toda vez que es casi imposible ingresar a la universidad. Hay la prueba Ser Bachiller a la que concurrieron 335 209 jóvenes. ¿Cuántos saldrán avantes? Y los que no, ¿qué harán?
En definitiva, triunfe quien triunfe, tiene por delante un verdadero vía crucis; mientras los activistas se encargarán de dañar el ambiente al máximo, desahogando sus pasiones.
Ya se conocerá la lista de beneficiarios de las coimas repartidas en nuestro país por la brasileña Odebrecht; y otros milagros adicionales, que servirán para mantener la pelea insustancial y perjudicial para el país.