En la homilía pronunciada con motivo de la reciente misa de Nochebuena, el papa Benedicto XVI hizo pública la creciente preocupación de la Iglesia Católica por la extendida persecución que sufren los cristianos en distintos lugares del mundo y, muy particularmente, los católicos sirios en Irak, y señaló que hoy los cristianos conforman el grupo religioso más perseguido del mundo.
Pocas horas después, en la propia ciudad de Bagdad, capital de Irak, explotaron bombas en las casas particulares de 14 familias cristianas. A raíz de estos atentados, dos personas murieron y otras 20 sufrieron distintos tipos de heridas.