‘Perros de Uribe” llamó hace tres años el presidente de la Asamblea, Fernando Cordero, a la prensa que, según él, escribía a favor del gobernante colombiano tras el ataque al campamento de las Farc en Angostura.
‘Sicarios de tinta’ llamó, hace tres semanas, el presidente de la República, Rafael Correa, a los periodistas que, a su criterio, hacen oposición desde los periódicos que el Mandatario hace trizas frente a las cámaras.
Y no hay que olvidar al presidente León Febres Cordero como uno de los más feroces enemigos de la prensa.
El propio Álvaro Uribe, en Colombia, y el ex mandatario y también dictador peruano Alberto Fujimori solían despreciar a los medios y periodistas críticos.
Hace poco, el derrocado mandatario egipcio Hosni Mubarak también culpó a los medios por la rebelión que lo derribó luego de mantenerse 40 años como el intocable dictador.
Ahora Robert Fisk, uno de los más extraordinarios periodistas británicos, que escribe para el diario The Independent, nos recuerda que el dictador libio Gadafi culpa a “los perros de la prensa” por la masacre en que este ha sumido a su pueblo.
Pero Fisk afirma que ya no es tan fácil que el autoritarismo quede impune de sus calumnias contra el periodismo.
El poder intolerante, siempre dispuesto a arrasar a la prensa crítica, olvida que hoy los ciudadanos tienen otras armas.
Fisk dice que los dictadores ya no pueden borrar los videos en Youtube o Facebook y los twitters donde se ven cadáveres mutilados, se escuchan los bombardeos y se denuncia la masacre contra la población civil desarmada.
Gadafi negó las visas a los periodistas extranjeros y culpó a la cadena árabe Al Jazzira por tener un sesgo contrario a su “revolución”, pero ni siquiera eso logró ocultar los hechos.
La intolerancia del poder autoritario siempre pretenderá tapar la realidad con amenazas, estigmas, agresiones y desprestigio a la reputación de los periodistas y los medios que van más allá de las declaraciones oficiales.
“Youtube y blogs de violencia terrible vs. imágenes de televisión estatal de un dictador desquiciado justificando lo que quería ocultar (…). La inmediatez de los celulares es más convincente que la película digital editada de las cadenas televisivas gubernamentales”, dice Fisk.
Y recuerda que “eso sucedió en Gaza cuando los israelíes decidieron mantener a los periodistas extranjeros fuera de su orgía de sangre de 2009: los blogueros, Youtube y Al Jazeera dejaron ver lo que intentaron tapar los profesionales de la edición televisiva”.
A los autoritarios les molesta que destapemos la realidad. Qué importa que nos digan “perros de la prensa” o “sicarios de tinta”. Que digan lo que quieran. Ladremos. Twittiemos. Escribamos. No callemos nunca.