Uno de los países con más inseguridad es Venezuela. La sufrida y ahora devastada Venezuela tiene grandes pozos de riqueza natural, pero un riachuelo de gente inculta la dirige y está acabando con esa nación.
Las extensas colas para adquirir productos de primera necesidad solo las recuerdo en la ex-Alemania Oriental, exactamente en el Berlín comunista. No es cuestión, como se pretende señalar, de que ciertos grupos de empresarios originan la escasez. No, es el perverso sistema comunista que no permite el desarrollo de la creatividad individual, ni la implementación de verdaderas políticas sociales. Los bonos que se entregan a la población casi sin ingresos, no son la solución.
La inseguridad de esa triste Venezuela que pasa por una larguísima pesadilla comunista, la sufren los habitantes de cualquiera de sus ciudades. Esos pillastres habitando esa República son un producto nada recomendable. Son pocas las personas que no han sido asaltadas, o que alguno de sus familiares no haya sido herido o asesinado. No han bajado los índices de criminalidad, por más que se envíe a las calles a las Fuerzas Armadas. Al contrario, cada día se cometen más delitos, mientras el gobernante ordena a los militares usar armas de fuego en contra de cualquier manifestación o ciudadano que exprese en voz alta su inconformidad. La corrupción existe de forma incontrolable.
Ecuador recurrirá a esa Venezuela en la que los fiscales (de “propiedad” del Gobierno) no se dan abasto para atender las denuncias por los crímenes cometidos por gente que debería estar en prisión, mientras que los que deberían estar libres se encuentran encarcelados.
Se pretende “esclarecer” un suceso, triste para un Presidente, que la ciudadanía olvidó por tratarse de una insubordinación policial. Se piensa contratar e importar peritos venezolanos para que analicen e investiguen lo sucedido el 30 de septiembre. ¿Acaso la Fiscalía de Ecuador no cuenta con gente preparada para realizar ese trabajo? ¿O será que incomoda la independencia de algunos, no de todos, los peritos ecuatorianos? Si Venezuela es una de las naciones más inseguras del Continente Americano, ¿tiene la capacidad para investigar hechos delictivos, cuando en su territorio no pueden “esclarecer” casi ninguno? La respuesta es obvia.
En Ecuador se habla de soberanía. De la patria altiva y soberana. De la patria con infinito amor. Se prohíbe que el Estado, por cuestiones de soberanía, recurra a centros de arbitraje internacional para resolver sus controversias con otros Estados o con empresas públicas o privadas extranjeras. Pero eso sí, la investigación se concentra en hechos que el gobernante da prioridad.
La soberanía queda en manos de extranjeros, sesgados por una ideología superada que profesa el Gobierno venezolano.
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