La exposición ‘Esplendor del barroco quiteño’ que fuera montada en el Museo Etnológico de Hamburgo (nov.,2010-feb.,2011) y visitada por 1800 personas, fue una gran iniciativa del embajador Horacio Sevilla, Ministerio de Cultura y el exFonsal. Acierto porque Alemania no ha tenido la fortuna de recibir exposiciones de calidad sobre nuestro arte colonial. Ochenta piezas de pintura, escultura y artes aplicadas fueron seleccionadas por la gestora cultural Ximena Carcelén. Muchas ya habían sido expuestas en otras exhibiciones como ‘Barroco de la Nueva Granada’ (Americas Society, Nueva York) o la ‘Gracia barroca’ (Museo Municipal de La Haya). Otro aporte fueron las colaboraciones científicas para el catálogo bilingüe, en especial la de Susan Webster, que ha trabajado intensamente en archivos nacionales y que comprueba una vez más la masiva y destacada participación indígena en la construcción y decoración de Quito, amén de su intervención como mecenas y contratistas.
El problema surge en qué piezas pueden y deben ser enviadas debido a su valor patrimonial y a su fragilidad. Usted imagina lo que sucedería si el Louvre da en préstamo la Mona Lisa de Leonardo da Vinci y esta retornara al país con faltantes pictóricos? Sería un escándalo nacional, mundial. Reconocemos en estas y muchas otras piezas su valor patrimonial único. Qué pasa, en cambio –como en efecto ha sucedido en la exposición mencionada- si vuelve una pieza de la Escuela Quiteña Barroca con serias averías tras haber sido expuestas en un país del primer mundo? La información tiende a ocultarse, las mismas instituciones nacionales piden cautela, que no se diga nada que pueda incriminarlas. El rostro de uno de los personajes de la Asunción de la Virgen, atribuido a Caspicara, que se encuentra coronando el altar de San Antonio en la iglesia de San Francisco vuelve con la cara rota en tres pedazos, los ojos saltados de la máscara de madera que los sostenía. Lo propio sucedió en la ‘Gracia barroca’, algunas piezas volvieron con fisuras, grietas y rajaduras, un camión sin climatizar trasladó las mismas de La Haya a París, la diferencia de temperaturas hizo que las piezas reventaran.
Difundir el patrimonio si, pero acotado. Existen piezas que No pueden ni deben salir del país. El INPC debería elaborar una lista con expertos de aquellas que por su nivel de patrimonialidad son irremplazables, el caso de la Virgen de Quito de San Francisco; las esculturas de madera cuya fragilidad es extrema u otras, parte de un retablo y que no deben ser desmembradas. Este cuidado debemos tener funcionarios públicos, conservadores, curadores caso contrario seguiremos perdiendo nuestro patrimonio.