Me es placentero levantar la bandera de mi Partido Social Cristiano para sumarme a la defensa cívica y patriótica de Alfredo Serrano. El PSC es un partido de gloria, en sus mandatos ha sabido administrar con sabiduría y democracia los destinos del pueblo y lo ha hecho bien, desde sus concejales, consejeros, diputados que han sido electos y reelectos por su gran labor.
Ejemplos son las ciudades de Guayaquil, Machala, Ambato, Babahoyo. León Febres Cordero reconstruyó Guayaquil sepultando la voracidad y barbarie. Nebot es indesmayable en su tarea titánica. No todo ha sido perfecto, sin lugar a dudas. Las ejecutorias y valentía de sus líderes han permitido que el PSC sobreviva a la vorágine correísta.