La Orden Soberana de Malta

En 1048, en la época de las Cruzadas, fue fundada la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalem, con finalidades de beneficencia y para defender los territorios cristianos. Reconocida por la Iglesia Católica desde 1113, la Orden se radicó en Chipre y luego en Rodas. Adquirió poder político, económico y militar y estableció relaciones diplomáticas con otros estados. En 1530, con el apoyo del Emperador Carlos V, ocupó la isla de Malta, dominio que perdió en el reinado de Napoleón Bonaparte. Finalmente, en 1834, se trasladó a Roma, en donde goza de extraterritorialidad. Más de nueve siglos han forjado la personalidad y las tradiciones de esta institución conocida actualmente como la Orden Soberana y Militar de Malta.

La Orden es un sujeto “sui géneris” del derecho internacional, con facultad para establecer relaciones con los estados. Su condición de “soberana” ha sido aceptada consuetudinariamente y de manera contractual. Mantiene relaciones diplomáticas con más de cien estados y ofrece programas humanitarios en muchos países. Tiene, además, el carácter de “observador” en las Naciones Unidas, la Unión Europea y prácticamente todos los organismos especializados de la ONU.

En julio de 1953, el presidente Velasco Ibarra, mediante decreto 1354, reconoció a la Orden como “una institución dedicada a los más altos y nobles fines humanitarios” y estableció con ella relaciones diplomáticas porque así convenía “a los intereses nacionales”. En abril de 1970, las respectivas representaciones diplomáticas fueron elevadas a la jerarquía de embajadas. Desde entonces, la Orden ha desarrollado en el Ecuador actividades humanitarias, singularmente en el campo de asistencia a hospitales y ayuda a las víctimas de catástrofes naturales, normadas desde 2001 por un acuerdo de cooperación.

Con estos antecedentes, resulta difícil identificar las razones que habrá tenido el presidente Correa para expedir el decreto 1052, fechado el 10 de febrero del año en curso, en el que, aludiendo a su “competencia exclusiva en la definición y conducción de las relaciones internacionales y la política exterior del Ecuador”, resuelve “retirar el reconocimiento a la Soberana Orden Militar de Malta”, derogar el decreto de Velasco Ibarra, denunciar los convenios suscritos y disponer que el Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos le otorgue personería jurídica como “orden religiosa”, después de que cumpla el trámite legal correspondiente.

¡La Orden de Malta concluirá así sus casi mil años de historia, al ser reconocida por el presidente Correa como una orden religiosa sujeta al Ministerio de Cultos!

Siguiendo esta definición política, ¿se encontrarán en peligro la personalidad internacional del Vaticano y el Modus Vivendi con el Ecuador?

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