Optimismo empresarial, pesimismo fiscal

El plan económico anunciado hace una semana dejó optimistas a los empresarios, quienes ven un giro en el modelo económico y reconocen que varios de sus planteamientos fueron incorporados en el programa del Gobierno, como la remisión o condonación tributaria, la reducción gradual del impuesto a la salida de divisas (ISD) y la revisión del impuesto a la renta mínimo.

De estas tres medidas tributarias, la principal fue el anuncio de eliminar, a partir del ejercicio fiscal 2019, el cálculo de impuesto mínimo del anticipo al impuesto a la renta. Aunque tarde, esto significará más liquidez para las empresas. La remisión tributaria permitirá saldar cuentas pendientes con el Estado a un menor costo. La revisión del ISD dependerá del comportamiento de la balanza de pagos privada, la cual deberá empezar a calcularse porque no existe en las cuentas oficiales. Habrá incentivos tributarios a las nuevas inversiones y al ingreso de capitales frescos.

El plan del Gobierno se concretará si la reforma tributaria que enviará a finales de este mes es aprobada por la Asamblea. El Ejecutivo no tiene mayoría y deberá negociar con otros bloques legislativos, pero se espera que el sector empresarial haga su parte en ese cabildeo.

En la parte fiscal, el plan económico genera un menor optimismo, ya que los anuncios son insuficientes para corregir el abultado déficit fiscal y repite una serie de medidas que se plantearon el año pasado y no se han cumplido, como el recorte del gasto corriente. El plan parte de un déficit del 5,64% para el 2018, cuando se ofreció que este año sería 4,6%. Un déficit abultado aumenta la presión para contratar más deuda pública o subir los impuestos, lo que puede postergar los planes de inversión privada.

Aunque el Presidente ofreció no subir impuestos, el plan económico contempla el aumento de aranceles y la reducción de exenciones tributarias, que causan el mismo efecto: trasladar recursos del sector privado al Fisco.

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