No han pasado dos meses desde que el Ecuador colocara USD 750 millones al 10,5% y ya emitió una suma idéntica al 8,5%. Esto, unido a una convalecencia del precio del petróleo, que debemos estar vendiendo por encima de USD 50, debe contribuir a calmar los nervios de quienes protagonizaron una micro corrida bancaria en abril.
La reciente colocación de bonos tiene dos efectos favorables. El primero, que si bien la tasa es muy alta, es inferior a la de marzo, por lo tanto el mercado no puede ya categorizar al país como de riesgo sobre el 10%. En segundo lugar indica que el país podrá seguir haciendo pequeñas colocaciones en el transcurso del año, y así poder cumplir su meta de no ajustar la economía sino pasar el bache con endeudamiento.
Lo negativo es que sube la deuda, cara y a sólo 5 años plazo, por lo que la carga de servir la deuda aumenta. El Gobierno “tarjetea”.
La convalecencia del precio significa que el país vuelve a tener ingresos petroleros. Hablando en términos gruesos, cuando vendemos crudo a USD 44 por barril, como en marzo, el Gobierno se cobra el 25% por concepto de margen de soberanía, esto es USD 11 dólares. Luego le paga la tarifa a la petrolera proveedora de servicios. La tarifa varía, pero promedia algo así como USD 35, o sea todo lo que queda luego de restar USD 11. Como resultado, a un precio de USD 44 el Estado sólo recibe USD 11 y queda debiendo USD 1. En cambio, a USD 50 el barril, los últimos USD 5 son del Estado, por lo que la participación estatal sube de USD 11 a USD 16. Diferencia importante.
Se aleja, entonces, el escenario de un ajuste draconiano. Pero igual, las autoridades tienen que reconocer que no se trata de un bache. Entre marzo 2011 y junio 2014 se vivió una bonanza inédita que permitió al Estado incrementar año tras año su inversión, que fue motor de la economía. Eso ya no puede replicarse, porque los ingresos fiscales ya no crecerán, y el Estado no aguanta más crecimiento. Según el Fondo Monetario, en 2014 el gasto primario del Estado ecuatoriano fue el 42,8% del PIB, el mayor de las Américas: En Venezuela fue 39,8%, Argentina 36,7%, EE.UU. 34,1%, Brasil 33,9%, Colombia 26,8%, Perú 21,4%.
Nada permite prever una recuperación de los precios a eso de USD 100 por barril en esta década, pero en cambio sí hay la posibilidad de un nuevo colapso del precio del crudo. Un acuerdo de Occidente con Irán sobre su programa nuclear podría resultar en un fuertísimo incremento de la oferta petrolera iraní, echando los precios por el suelo.
Lo que permite la colocación de bonos y la recuperación del petróleo es ganar tiempo para reorientar la economía y atraer la inversión privada, sin tener que tomar acciones precipitadas. No es momento de sentarse a esperar que vuelvan a pastar las vacas gordas.
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