La visita del premier Li (el número 2 en China) a Brasil constituyó un espaldarazo político y económico al Gobierno brasileño, un ‘socio’ que atraviesa tiempos difíciles con acusaciones de corrupción, en una de las naciones más ricas en recursos naturales. En Colombia, Perú y Chile, cuyas economías aún son independientes de Pekín, la presencia de Li apuntó a brindar confianza para el fortalecimiento de las relaciones.
Li inauguró su gira anunciando un fondo de USD 30 000 millones para América Latina para impulsar la producción y la fabricación de equipos. En total, se firmaron más de 70 acuerdos con los cuatro países. El más notorio es el acuerdo entre China, Brasil y Perú para realizar estudios de factibilidad del ferrocarril Brasil-Perú. Se trata de un tren de alta velocidad que unirá los océanos Atlántico y Pacífico atravesando 5 300 kilómetros en áreas de alta diversidad y territorios de pueblos indígenas contactados y no contactados.
Los tres países defienden esta obra argumentando que ocasionará menos impactos que las carreteras tradicionales y que incrementará el comercio con China abaratando el transporte de petróleo, hierro, soya y otras mercancías. Dado su tamaño e impactos ambientales y sociales, este proyecto definirá la Amazonía del próximo siglo.
China y Brasil firmaron 35 acuerdos en varios campos, entre los que están uno del banco brasilero Caixa y el Banco Industrial y Comercial de la China para crear un fondo de USD 50 mil millones para infraestructura; un crédito de 10 mil millones a Petrobras; y 6 acuerdos que beneficiarían a la compañía minera Vale. Solo se firmó un acuerdo para apoyar proyectos de energía eólica para obtener 321 MW. Además, se firmó el Plan de Acción Conjunto 2012-2021.
Perú y Chile presentaron sus carteras de proyectos a través de los flamantes “Mecanismo de Diálogo Estratégico” y cada uno de ellos firmó 10 acuerdos en áreas de transporte, desarrollo energético, exploración espacial, investigación y asistencia humanitaria, impuestos, extradición y turismo.
En Chile, lo más relevante fue el acuerdo para que el China Construction Bank actúe como banco compensatorio de renminbi, lo que ayudará a posicionar la moneda china en la región.
En Colombia, la historia fue diferente. El premier Li en un notable esfuerzo de acercarse a los colombianos escribió una carta abierta publicada en varios periódicos. En ella habló desde el realismo mágico de Gabriel García Márquez hasta los potenciales negocios entre China y Colombia. El Gobierno colombiano no presentó una cartera de proyectos al premier Li pero sí un listado de los productos que interesa a Colombia colocar en los mercados chinos.
El saldo de la visita fue una decena de modestos acuerdos en educación, turismo, agricultura, seguridad y el planeamiento de infraestructura. No se avanzó en las negociaciones sobre la implementación de un TLC.