Preocupaciones del Presupuesto

Columnista Invitado

El Presupuesto General del Estado para el 2015 presenta varias interrogantes. En los supuestos macroeconómicos para el próximo año y para el período 2016, 2017 y 2018 se fijan tasas de inflación del 3.9% para el 2015 y porcentajes algo menores para los siguientes años. En este indicador, el Ecuador estaría registrando un porcentaje más elevado que nuestros competidores y también mayor a la inflación de Estados Unidos. Esto significaría una pérdida de competitividad para la economía, pues los precios en el país estarían creciendo más rápidamente que en el exterior, lo cual constituye un freno para la competitividad. El país debería establecer una meta mucho menor de inflación, esto es, inferior al 2% anual que fue la tasa que se obtuvo años atrás, bajo el mismo régimen cambiario de la dolarización.

Con el estimado oficial de un crecimiento económico del 4.1% para el 2015, 4% para el 2016, 4.9% para el 2017 y 4% para el 2018, no se ve lo anunciado, esto es, los años difíciles que se avecinan, pues el crecimiento económico es similar al actual. El mayor aumento del 2017, tampoco es compatible con los proyectos del llamado cambio a la matriz productiva, pues el impacto es menor a 1 punto porcentual. ¿Tanta alharaca de proyectos para ese “empuje”? De igual manera, que el crecimiento del PIB vuelva a caer al 4% anual el 2018 tampoco tiene sentido con los volúmenes de inversión anunciados, pues sería un respaldo al crecimiento frugal y temporal de un solo año. Creo que es mejor ser más sinceros y aceptar que los proyectos están absolutamente atrasados.

La incorporación del campo Yasuní a la producción haría producir aproximadamente 100 000 barriles diarios adicionales entre el 2016 y 2017. Es una cifra no despreciable pero absolutamente insuficiente para las necesidades fiscales, pues solo representa el 40% del incremento que produjo la construcción del OCP.

Parecería, sin ser ecologista, que este incremento no justifica la explotación del campo, pues solo con una mejor focalización de los subsidios del gas y las gasolinas se lograría levantar bastante más recursos. A un precio de USD 70 el barril, el ingreso anual sería de USD 2 800 millones adicionales, sin descontar el costo de la obra. El subsidio a los derivados del petróleo se acercaría a los USD 4 000 millones anuales.

Preocupa el supuesto del alto precio del petróleo en USD 77 el barril. Mientras más bajo se lo fije más confiables son los ingresos. Así mismo, el nivel de endeudamiento sigue una carrera ascendente y acelerada, pues se requieren cerca de USD 9 000 millones y eso asumiendo que se produzcan los ingresos previstos y se respeten los gastos estimados en la Pro forma. Continúa, lamentablemente, un saldo negativo del balance primario del Presupuesto que significa que la nueva deuda contratada es también para pagar obligaciones anteriores.

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